El AXA FC Barcelona llegó a los cuartos de final de la Euroliga. En Tel-Aviv los azulgranas no pudieron superar el partido de desempate con el Maccabi Elite y se quedaron a las puertas de la Final a Cuatro.
La Euroliga de la temporada 2007/08 confirmó al FC Barcelona entre los mejores equipos del
continente. El equipo azulgrana llegó hasta los cuartos de final, la última fase antes de la Final
a Cuatro. Con conjuntos de la talla del CSKA de Moscú, el Montepaschi de Siena, el Partizán, el
Olympiacos, el Fenerbahçe, el Maccabi y el TAU, el FC Barcelona consolidaba su estatus entre las
ocho mejores plantillas europeas.
Un buen arranque
La primera fase de la Liga europea fue relativamente cómoda. El primer equipo de baloncesto
cerraba este tramo con un balance de 9-5. A pesar de perder en la primera jornada en la pista del
Partizán – a posteriori se comprobó como uno de los grandes ‘outsiders' de la temporada
–, los azulgranas consiguieron la clasificación para la segunda ronda cuatro jornadas antes
de finalizarla.
La emoción del Top 16
El Top 16 empezó con el trasfondo de la
destitución de Dusko Ivanovic pocas horas antes del debut del equipo en la segunda liguilla. Los
jugadores se centraron de lleno en el partido y se logró el triunfo contra el Unicaja por dos
puntos (64-62). Finalmente, este marcador fue clave para definir la clasificación del equipo en los
cuartos de final.
El momento más crítico llegó en la penúltima jornada. El AXA Barça cayó en Roma por 68-63, un
partido que se podía haber ganado y eso habría permitido asegurar definitivamente el acceso a los
cuartos de final.
Todo estaba por decidir en el Palau contra el CSKA. El Barça dependía de él mismo: la
victoria le clasificaba sin tener que depender de otros resultados. Y los azulgranas lo hicieron.
El apoyo del Palau fue indispensable para avanzar un paso más en Europa (64-62).
El factor pista, clave
El cruce de cuartos de final no fue fácil. El Maccabi de Tel-Aviv, uno de los grandes
aspirantes a reinar en Europa, contaba con el factor pista a favor por haber terminado líder del
grupo F mientras que los azulgranas fueron segundos del grupo G.
En el Nokia Arena los azulgranas tuvieron al alcance la posibilidad de sorprender y poder dar
la vuelta al factor pista. La igualdad fue máxima hasta el último periodo (57-57 después de 30
minutos). El Barça apretó en defensa pero el Maccabi no se quedó atrás. Los locales abrieron un
parcial de ocho puntos a su favor cuando faltaban menos de cuatro minutos del final. Los azulgranas
recortaron el margen, pero las últimas acciones de los de Tel-Aviv cerraron el marcador con un
81-75.
En el Palau Blaugrana el cara o cruz para el
Barça fue otra demostración de fidelidad de la afición. Con un Gianluca Basile excepcional (31
puntos) y la colaboración de todo el equipo, los de Xavi Pascual fueron definiendo el resultado
paulatinamente. El FC Barcelona acabó forzando el desempate (83-74).
El tercer enfrentamiento entre el Barça y el Maccabi tuvo todos los ingredientes de una gran
final: incertidumbre, buen juego y máxima intensidad. El Maccabi se hizo fuerte en su cancha. Con
un lleno a rebosar, los israelíes aprovecharon todos los elementos para presionar. Con el público
muy encima del juego, el Maccabi se motivó. Al Barça le faltó algo más de tranquilidad para poner
contra las cuerdas a los de Tel-Aviv. El partido acabó con un resultado de 88-75 y la imposibilidad
azulgrana de estar en la Final a Cuatro.