El campo de Les Corts, inaugurado en 1922, es el principal escenario del crecimiento del club y de su primera edad de oro (1919-1929).
Fue el lugar de los grandes éxitos deportivos, pero también de la crisis de la década de 1930;
el campo fue clausurado por la Dictadura de Primo de Rivera, y también se convirtió en una especie
de desguace militar al final de la Guerra Civil. Pero también fue el estadio que vivió la
reanudación de la entidad, el crecimiento espectacular del número de socios (los 20.000 se superan
en 1944, y los 30.000, en 1952) y los éxitos deportivos del Barça de las Cinco Copas, con Ladislao
Kubala haciendo de las suyas. Samitier, en los años 20, y Kubala, en los 50, fueron los grandes
astros que iluminaron futbolísticamente un campo que marcó de forma decisiva la historia azulgrana.
Comienza la etapa gloriosa: el campo de les Corts
En la primera edad de oro del club (1919-29) se produce la explosión de un equipo de ensueño,
en el que sobresalen figuras de la magnitud de Samitier, Alcàntara, Zamora, Sagi, Piera y Sancho.
En esta situación, la afición por los colores barcelonistas se desborda, al tiempo que aumenta la
identificación, ya indisoluble, del club con el sentimiento catalanista.
El 20 de mayo de 1922 se celebra la inauguración del campo de Les Corts, un magnífico estadio
con una capacidad inicial de 30.000 espectadores, que en sucesivas ampliaciones se dobló hasta
60.000. En la celebración de las Bodas de Plata (1924) -el cartel oficial es obra del artista
valenciano Josep Segrelles-, el FC Barcelona pudo presumir de tener 12.207 socios y un futuro
esplendoroso. Años después, se ganó la primera edición de la Liga española (1928-29) y se cerró,
por así decirlo, esta gloriosa etapa. El balance es impresionante: desde la inauguración de Les
Corts se había ganado, aparte de este primer campeonato de la regularidad, el Campeonato de
Catalunya 1923-24, 1924-25, 1925-26, 1926-27 y 1927-28 y el Campeonato de España 1924-25, 1925-26 y
1927-28, este último de forma épica, después de dos desempates con la Real Sociedad y una actuación
heroica del portero barcelonista Platko, que quedó glosada en un inmortal poema de Rafael Alberti.
Tiempos difíciles
Como contrapunto negativo, el Barça sufrió la fiebre anticatalanista de la dictadura de Primo
de Rivera: el 14 de junio de 1925, en un partido de homenaje al Orfeó Català, el público silbó
durante el himno español. Como represalia, el club fue clausurado por seis meses -reducidos a tres
posteriormente- y Gamper tuvo que abandonar la presidencia de la entidad para siempre. Moriría
cinco años después, el 30 de julio de 1930. Pese a disponer de figuras como Ventolrà, Raich o
Escolà, la decadencia del club en la década de los 30 fue un hecho y se materializó en tres crisis:
financiera, social (baja constante del número de socios) y deportiva, a nivel estatal (en el
Principado se ganaron los Campeonatos de Catalunya 1929-30, 1930-31, 1931-32, 1934-34, 1935-36 y
1937-38, este último en plena Guerra Civil).
El efecto de la Guerra Civil
El estallido de la Guerra Civil en 1936 tuvo una primera víctima barcelonista: el presidente
Josep Sunyol fue asesinado por soldados franquistas en agosto. Aparte de esta trágica
circunstancia, la vida de la entidad se resintió mucho a causa del conflicto bélico. En 1937, el
equipo hizo una gira milagrosa por Méjico y Estados Unidos, y muchos jugadores no volvieron. El 16
de marzo del 1938, una bomba lanzada por la aviación fascista sobre la sede social del FC Barcelona
provoca graves destrozos. Pocos meses después, la ocupación de Barcelona por las tropas franquistas
comportó numerosos problemas para un club que se ha convertido en uno de los grandes símbolos de
Catalunya. Así pues, en marzo de 1940 fue nombrado presidente un hombre de indudable fidelidad al
régimen, Enric Piñeiro, Marqués de la Mesa de Asta. Además, la entidad pasó a denominarse Club de
Fútbol Barcelona, forma españolizada que sustituye a la anglófona Fútbol Club Barcelona (este
agravio no se reparará hasta 1973), y las cuatro barras del escudo quedaron reducidas a dos hasta
el año 1949, en que se recuperó el formato original.
De la promoción a la primera Copa Latina (1949)
En la década de 1940, el Barça remontó gradualmente una crisis que casi lo lleva a la Segunda
División en 1942. Pero el equipo, tras ganar la Copa, salvó la promoción. Un año después, el 16 de
junio de 1943, el escándalo de Chamartín, una goleada sufrida en terreno madridista mediatizada por
las amenazas arbitrales y policiales, provoca la dimisión de Piñeiro, un hombre del régimen, pero
honesto. La salida del túnel llega con la conquista de las Ligas de las temporadas 1944-45, 1947-48
y 1948-49 y de la Copa Latina de 1949, la actual la Copa de Europa, que constituye el primer gran
éxito internacional del club. El FC Barcelona celebra las Bodas de Oro en 1949, en plena expansión,
con 24.893 socios y un palmarés de 21 Campeonatos de Catalunya, nueve Copas y cuatro Ligas.
Kubala y las Cinco Copas
La llegada del 'crack' Ladislao Kubala, en junio de 1950, convierte al FC Barcelona en un
conjunto imparable, y deja pequeño el campo de les Corts. Entre 1951 y 1953, el Barça gana todos
los títulos en juego (las Ligas 1951-52 y 1952-53 y las Copas 1950-51, 1951-52 y 1952-53). En este
ciclo triunfante, está marcada con letras de oro la temporada 1951-52, la de las Cinco Copas: Liga,
Copa, Copa Latina, Eva Duarte y Martini Rossi. La delantera mágica de entonces estaba formada por
Basora, César, Vila, Kubala y Manchón. Además, Joan Manuel Serrat inmortalizó, en una de sus
canciones, el quinteto atacante de la temporada siguiente: Basora, César, Kubala, Moreno y
Manchón.
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