14.05.2009 02:41
Fútbol total (1-4)
David Saura (enviado especial)
Tres años después de París, el Barça vuelve a levantar un título. La remontada contra el Athletic (1-4) da el primer título de la temporada a un equipo que ha vuelto a dar una lección de buen gusto y de fútbol creativo. Vuelve el fútbol total.
Mestalla ha vivido este miércoles, con la final de Copa, la primera etapa de una carrera con tres
pruebas, hacia el triplete. La primera ya está en el saco. La segunda la tiene ya medio hecha y la
tercera acabará en Roma. Nadie ha dicho que será fácil, pero si, pese a las bajas y el cansancio
físico, el Barça de Guardiola sigue jugando como lo está haciendo hasta ahora, conseguirá el
maillot amarillo el 27 de mayo.
El estreno de Guardiola
En Mestalla, la clase del Barça se ha combinado con un espíritu competitivo envidiable, que
ha sabido rechacerse de la incomodidad de recibir un gol en el minuto 9. La remontada ha sido
contundente y abrumadora. El técnico Pep Guardiola estreno su palmarés de entrenador con una
declaración de intenciones clara. El fútbol está de enhorabuena.
Choque de estilos
El partido, con dos clubs que llevan en su ADN esta competición, se planteaba como un choque
de estilos, con una manera de entender el fútbol totalmente opuesta. El juego de toque y de
combinación corta del Barça contra el juego físico y aéreo del Athletic Club. Y la primera parte ha
respondido a las expectativas.
Corría el minuto 9, cuando el Athletic tenía su primer córner, después de una gran parada de
Pinto. El centro cerrado de Yeste al segundo palo ha encontrado a Toquero, que, avanzándose a Keita
y Xavi, ha enviado de cabeza el balón a la red. Como por ejemplo hizo Endika hace 25 años, los
vascos se avanzaban en el primer tramo del partido. Y eso situaba el encuentro en una perspectiva
idónea para los rojiblancos.
La brújula, para Xavi
Este gol inicial coincidía con las dificultades del Barça para sacar el balón desde atrás,
fruto de la intensa presión sobre los centrales y laterales. Pero después de 15 minutos de
desorientación, Xavi ha recuperado la brújula del juego del Barça y el partido se ha girado como un
calcetín. Los pases interiores a Eto'o y Bojan, que superaban la espalda de los defensas,
anunciaban la mejora del juego. De hecho, Eto'o podría haber empatado el partido en el minuto 20,
después de un pase excelso del ‘6' del Barça, pero al camerunés le ha faltado la chispa
necesaria para chutar de primeras.
Touré se viste de Messi
Además, el Barça volvía a ser quién más presionaba al Athletic y le obligaba a rifar cada
pelota desde atrás. La mejora del Barça era evidente y se ha visto recompensada en el minuto 30. El
protagonista inesperado ha sido Touré, hoy reconvertido en central. En una jugada en la que ha
combinado potencia y técnica, el jugador marfileño, que ha arrancado desde el centro del campo con
el balón controlado, se ha deshecho de todos los jugadores que le salían al paso y ha conectado un
tiro potente y raso, que ha entrado, ajustado al palo, en la portería de Gorka.
Los dos goles reflejaban la manera de entender el juego de los dos equipos. Un gol de córner
por superioridad aérea contra otro de técnica depurada. Además, las sensaciones que dejaban a uno y
otro equipo, antes del descanso, eran muy diferentes. De hecho, el Barça podría haberse ido al
descanso con un marcador favorable si un tiro de falta lejana de Alves, que se ha desviado muy
cerca de la escuadra, hubiese encontrado la portería contraria.
Una reanudación fulgurante
En la reanudación, el partido ha comenzado al igual que ha acabado, con dominio incontestable
del Barça. Y la muestra más clara han sido tres acciones casi consecutivas de Messi, que lo
intentaba de todas las maneras. Se olía el gol. Y ha llegado, en el minuto 52, con un protagonista
evidente: Leo Messi. El argentino ha recuperado un rechace de dentro del área de los vascos para
acribillar Gorka y celebrar la remontada con la afición del Barça.
Más y más
Las cosas volvían a su lugar natural, con la recompensa de la victoria parcial al equipo que
ofrecía la mejor propuesta futbolística. Lejos de escatimar esfuerzos y de especular, el equipo ha
ido descaradamente a por el partido, contra un rival que perdía pegada a cada minuto que pasaba.
El ejemplo más claro de estas sensaciones ha sido el tercer gol. Alves ha recuperado un balón
en su área, lo ha sacada hacia Messi, que ha lanzado el contragolpe. El argentino ha pasado en
profundidad a Bojan, que ha definido como los ángeles. Cuando parecía que el pase a Eto'o era el
más fácil, el delantero de Linyola ha sabido esperar y, con el balón en movimiento, lo ha ajustado
al palo largo de la portería rival.
Fútbol total
El alud de juego era abrumador para el equipo de Caparrós, que no sabía como afrontar lo que
se le venía encima. Por sí no hubiese sido suficiente, el Barça ha rematado el partido con otro de
los recursos más lavables de esta temporada: el juego a balón parado. En una falta muy cerca de una
esquina del área pequeña, Xavi ha hecho un gol magistral. De nueve buscando el palo, el de Terrasa
ha hecho pasar el balón por la cruceta, allí donde los porteros no tienen nada que hacer.
Quedaban 25 minutos para acabar el partido, pero la final tenía ya muy pocas cosas paor
explicar. Ya las había explicado todas un Barça demoledor, ambicioso y, tres años después, de nuevo
ganador.