El Barça se sobrepuso a las múltiples adversidades encontradas en la temporada 2010/11 y acabó levantando tres títulos, tejidos a base de buen juego y esfuerzo. Se ha convertido en un glorioso campeón de Europa y tricampeón de Liga.
Una vez conquistada la tercera Liga seguida, Pep Guardiola confesaba la incertidumbre que le
invadía a principios de temporada. Recordaba que, después de un Mundial, pocos equipos habían sido
capaces de conservar su supremacía. Y en el caso del Barça se añadía un inconveniente, ya que hasta
ocho integrantes de la plantilla azulgrana se habían proclamado campeones del mundo en Sudáfrica.
La motivación para seguir ganando y el hambre de títulos se ponía a prueba. Principalmente en los
ocho campeones del mundo (Valdés, Piqué, Puyol, Busquets, Xavi, Iniesta, Pedro y Villa), pero
también en el resto del grupo, ultrapremiado en los dos ejercicios precedentes.
Primero, la Supercopa
La Supercopa de España respondería a primeras dudas. Sin prácticamente
tiempo de preparación, el equipo remontó al Sevilla el
3-1
de la ida con un
4-0
en el Camp Nou. Era el primer recital de talento del curso. Sin embargo, el arranque de la
Liga no fue un camino de rosas. Tras la primera jornada se produjo la salida de Zlatan Ibrahimovic
y, en la segunda, el Barça sufrió un sorprendente tropiezo en casa con un equipo que había
ascendido recientemente, el Hércules (0-2).
Una primera vuelta de escándalo
A partir del sexto partido, bajo el liderato de Pep Guardiola, el Barça enlazó 16 jornadas
venciendo. Lo ganó todo entre el 16 de octubre y el 12 de febrero. Un nuevo récord forjado a base
de esfuerzo, perseverancia y un juego encantador, y siempre con respeto hacia el rival. De entre
todas las victorias brillaría con luz propia el
5-0
contra el Real Madrid. El mejor anuncio a escala mundial del fútbol asociativo y de ataque
barcelonista. Desde entonces ya no dejaría el primer puesto de la clasificación. Y batiría nuevas
marcas, como la mejor primera vuelta de la historia (52 puntos de 57 posibles) tras vencer en todos
los desplazamientos.
Paralelamente, el Barça se mostraría intratable en la Liga de Campeones y la Copa del Rey. En
la Champions quedó primero de grupo por encima de Copenhague, Rubin Kazan y Panathinaikos. En la
Copa se desharía de Ceuta, Athletic Club, Betis y Almería hasta plantarse en la final.
Los tres mejores del mundo, formados en La Masia
La impecable trayectoria culé se vería recompensada en la gala de la
FIFA Balón de Oro 2010
. Messi, Iniesta y Xavi, tres jugadores del Barça formados en la Masia, serían nombrados los
tres mejores futbolistas del mundo. Desde la cima de la élite futbolística, los tres galardonados
coincidían en afirmar que los premios individuales eran fruto del trabajo de equipo. El vestuario
culé es así. Humilde y generoso. Lo pudo comprobar Ibrahim Afellay, el único refuerzo en el mercado
de invierno. Como los otros fichajes de la temporada (Villa, Adriano y Mascherano), su voluntad de
integración fue máxima desde el primer segundo. Y el rendimiento ha sido alto.
El ejemplo de Abidal
Avanzaba la Liga y se endurecían los mensajes procedentes de Madrid. Heridos en el orgullo,
todos los jugadores del Barça dieron un paso adelante en el tramo definitivo de la temporada, y
especialmente cuando se produjo la noticia más negativa del año: la enfermedad de Abidal, que
llegaba pocos días después de las acusaciones de dopaje por parte de la Cadena COPE. Un golpe
durísimo, pues, contrarrestado a base del coraje y el espíritu de superación que desprendió el
propio ‘Abi’.
Cuatro clásicos marcan el desenlace
El equipo salió bien parado de desplazamientos complicadísimos como eran
los campos del Valencia (0-1), el Sevilla (1-1) y el Villarreal (0-1), antes de dar la estocada al
campeonato con un valioso empate en el Bernabéu (1-1). Era el inicio de los cuatro clásicos que
marcarían el desenlace de la temporada, la hora de la verdad. El Barça asumió con 'fair play' el KO
en la final de la Copa del Rey y se redimiría eliminando al Madrid en las semifinales de la
Champions y sentenciando la Liga en el Estadio del Levante, a dos jornadas para el final.
La 21ª de la historia del Club
.
La cuarta Copa de Europa
El colofón de la temporada -el tercer título- fue la final de la Liga de Campeones
en Wembley. Barça y Manchester United reeditaron la final de Roma y, como entonces, los catalanes
se impusieron con solvencia (
3-1
), dominando y atacando en todo momento, despertando la admiración mundial. Los goles de
Pedro, Messi y Villa llevaron la cuarta Champions hacia Barcelona y hicieron aún más tangible la
hegemonía azulgrana.
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