El Barça Sorli Discau logró encontrar su mejor momento de forma en los instantes más decisivos.
Las nuevas incorporaciones, con Ferran Pujalte debutando en el banquillo y dos fichajes como Jordi
Adroher y Reinaldo García, hicieron que el equipo necesitara un tiempo de acoplamiento. Pero la
temporada avanzaba muy rápidamente. Y los primeros tests fueron negativos. La Supercopa de España
en el mes de septiembre y la Copa del Rey ya en febrero supusieron dos desilusiones para un equipo
ganador.
Un ascenso bien trabajado
Pero con profesionalidad y mucho trabajo, el Barça Sorli Discau supo continuar evolucionando.
Fieles a una filosofía ofensiva, en la que siempre ha primado el espectáculo, pero con una base
sólida en defensa, los azulgranas aumentaron las revoluciones de su hockey.
El siguiente escalón a superar, sin dejar de lado una OK Liga sin play-off y que exigía el
máximo de efectividad en cada jornada, fue la Liga europea. Con nuevo formato, de Final a 6,
Valdagno fue el escenario de la explosión azulgrana. La liguilla regular comenzó con un empate que
obligaba al Barça a golear en el segundo partido para clasificarse para la gran final. Y si
necesitaban un marcador amplio, el Barça lo materializó (11-3).
Con la adrenalina elevada, los azulgranas superaron el Roncato Patí Vic en la final por el
título continental. Los vicenses, verdugos tanto en la Supercopa como en la Copa, no pudieron en
ningún momento con un Barça superior.
Pero aún faltaba un paso más. Y así la OK Liga, que se había gestado de una manera excelente
antes de la fase final europea, con goleadas de ensueño contra Reus, Vic y Liceo, se redondeo en el
Palau. Aunque no hubo que jugar, porque el Liceo dejó el título en bandeja al perder contra el
Reus, el triunfo del Barça contra el Alcoy sirvió para celebrar el doblete ante la afición.