30.07.2010 22:35

Bronce azulgrana

Llorenç Tarrés

Manuel Olmedo ha conseguido la medalla de bronce en la prueba de los 1.500 metros tras una gran remontada final. El otro azulgrana que competía, Reyes Estévez, se ha quedado a las puertas del podio y ha acabado cuarto.

Ha sido una carrera de mucha tensión, y eso que los 1.500 es una prueba tensa por definición. Inicio controlado, tensa calma, codos a diestro y siniestro y dos azulgranas con muchas posibilidades. Momentos en los que escapaban las opciones de uno mientras el otro frotaba el éxito. Y un final esplendoroso en el que Olmedo remontaba prodigiosamente y Reyes agotaba sus fuerzas para conseguir mantener un podio que se había merecido pero que finalmente se le escapó.

Un regalo para los aficionados al atletismo y que ha dejado un gran premio en forma de medalla de bronce para Manuel Olmedo. El atleta azulgrana, proveniente de los 800 metros, ha demostrado que la prueba reina está a su alcance. Arturo Casado ha conseguido el oro y el alemán Carsten Schlanger ha sorprendido con la medalla de plata.

Cohesión inicial

A diferencia de lo que sucedió en las semifinales, Reyes Estévez ha salido decidido a colocarse delante el grupo. Se esperaba un ataque inicial de los tres corredores británicos, aspirantes a priori pero que han decepcionado, y el azulgrana no quería perder la posición. Pero el miedo a desgastarse entre los favoritos ha hecho que las dos primeras vuelta transcurrieran en absoluta cohesión. Nadie quería dar un paso en falso. Todo el mundo al acecho. Tensa calma.

Olmedo esperaba en la cola del grupo, consciente de que sus opciones llegarían al final, pero un error de cálculo le ha hecho perder de vista las primeras posiciones cuando Tom Lancashire ha realizado un cambio de ritmo rapidísimo que ha roto el grupo. El andaluz ha quedado relegado y sin prácticamente opciones, o eso parecía, mientras Estévez, muy bien situado, cuestión de olfato y experiencia, empezaba a rozar el podio.

Última vuelta de vértigo

Los últimos 400 metros han sido una lección de coraje, una visión que ha cautivado a los miles de aficionados del Estadio Olímpico. Casado ha aprovechado el empuje para marchar prácticamente en solitario y directo a la meta, registrando un brutal 51'9 última vuelta que le ha valido el oro, mientras Olmedo ha recuperado posiciones de manera repentina para acabar tercero, muy cerca del segundo lugar. Sólo la photo finish ha demostrado que Schlanger había cruzado la meta dos centésimas antes.