
23.04.2009 19:48
Carles Cascante
El que fuera uno de los mitos de la sección de baloncesto del FC Barcelona, Andrés Jiménez, emprende este domingo un nuevo reto personal, una carrera en bicicleta por el desierto de cinco días que correrá por segundo año consecutivo.
Una vez retirado, aparte de llevar una vida apartada de la presión y la
exigencia de los partidos de baloncesto semana tras semana, Jimix se dedicó a una de sus
grandes pasiones, el dibujo. La otra, la encontró más adelante: la bicicleta. Las rodillas le
habían quedado dañadas tras tantos años dedicados al deporte de la canasta y Jiménez decidió
apostar por la bicicleta, una manera de mantenerse en forma y continuar vinculado con el deporte.
La carrera, de cinco días, la hará acompañado por el ex cliclista Miquel
Àngel Iglesias y el periodista Sergi López Egea. Jiménez no sabe bien el porqué, pero
vuelve a repetir un año más: “La verdad es que aún no me lo explico, pero supongo que de
alguna manera, la aventura por el desierto engancha. En mi caso, sin embargo, es un poco más
delicado porque, por una parte, y pese a que he seguido una buena preparación –con más de
2.000 kilómetros recorridos–, no tengo el mismo nivel que ex profesionales del ciclismo que
son auténticos cracks. Y, de la otra, porque por mis características físicas, he tenido que
encontrar una bicicleta especial y una ropa también especial”.
Sin duda, se trata de una manera de mantenerse en forma y seguir ligado
al deporte. Ahora, sin embargo, llega la apuesta más dura, la más arriesgada, participar en una
carrera por equipos de cinco días, la
Nissan Titan Desert
, que se disputa en el desierto de Marruecos a partir de este lunes. Jiménez destaca el
aspecto mental de ésta carrera y lo compara con su etapa como jugador de baloncesto: “Es
cierto que es una carrera muy exigente, mucho, pero creo que aparte de estar bien físicamente,
también tienes que estar fresco mentalmente. Del pasado año recuerdo una etapa en que estuve casi
nueve horas a unos 50 grados de temperatura y fue realmente duro. De todas formas, creo que un
jugador de baloncesto que debe jugar tantos partidos a lo largo de un año también tiene que estar
muy bien mentalmente, porque si te falla la cabeza, después te falla el cuerpo”.
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