02.05.2010 12:22
París: Una ciudad para soñar
Gustau Galvache
El baloncesto azulgrana llega a París con el objetivo de llevarse hacia Barcelona el trofeo de campeón de Europa. Además de atractivo deportivo de una Final a Cuatro de baloncesto, la capital francesa ofrece otros atractivos.
Paris es una de las ciudades más visitadas del mundo y entre partido y partido de los hombres de
Xavier Pascual, los aficionados azulgranas pueden disfrutar de los muchos atractivos que ofrece la
ciudad. Entre los monumentos más destacados se encuentran la Torre Eiffel, construida en 1889 por
la exposición universal que acogió la ciudad, la catedral de Notre Dame y la basílica del
Sacre Coeur en Montmartre, entre otros.
Detalles a conocer
Paris es una ciudad
visitable en transporte público. Una amplia red de metro y autobús cubre todos los puntos de la
ciudad y además tiene un sistema de alquiler de bicicletas similar al Bicing de Barcelona.
La ciudad es un centro cultural y artístico clave en Europa. El museo del Lovre, el barrio
Latino, sede de movimientos culturales y de ocio, la ópera de Garnier son tres de los referentes
culturales de la ciudad
Pasear por los alrededores del Sena, la avenida del Campos Elíseos, la plaza Vendome y la
avenida Montaigne son lugares para poder disfrutar de momentos de relax y de compras, entre
partidos de la Final a Cuatro.
Bercy la sede de la Final a Cuatro
El Palais
Omnisports de Paris-Bercy, es un recinto multiusos situado en el Boulevard de Bercy, en el margen
derecho del río Sena. Se utiliza para diversos eventos, desde conciertos hasta competiciones
deportivas, y puede acoger hasta 17.000 personas.
Inaugurado en el año 1983 ha acogido diversos partidos vinculados con el baloncesto
azulgrana, como son la Final a Cuatro del año 1991 donde los azulgranas cayeron ante la
Jugoplastika por 70 a 65 y la recordada final del año 1996 con el tapón ilegal de de Vrankovic a
Montero.
El Paris Bercy también acogió la Final a Cuatro de la Suprolliga, en el año 2001. En aquel
momento el baloncesto europeo sufrió la división entre la competición organizada por la Euroliga
il'organitzada por la FIBA. La FIBA eligió este pabellón para disputar la final y el Maccabi se
impuso al Panathinaikos por 81 a 67, en una competición diferente a la que jugaba el FC Barcelona,
que disputó el trofeo organizado por la Euroliga.