04.10.2009 12:12
El crecimiento de Navarro
Sònia de Alba
Juan Carlos Navarro amplía su palmarés con la Supercopa ACB. Es la segunda de su carrera y le ha valido también la nominación de jugador más valioso de la final. La Bomba acumula trofeos a nivel de club y demuestra veteranía a título individual.
La energía que contagia tiene un áurea muy grande. Divertirse, hacerlo bonito y levantar al público
de las sillas es normal si Navarro bota el balón. Él necesita incentivar al público. No sabe jugar
de otra manera. Y su filosofía de entender y de jugar al baloncesto es la que más adeptos
concentra.
Evidentemente, jugar bonito y no obtener recompensa tampoco vale. Juan Carlos Navarro es un
ganador. Y ésta es la única manera de estar entre los mejores. La calidad y la técnica ayudan, por
supuesto, pero hay que tener una chispa de magia y espíritu competitivo para querer más y más.
El jugador del Regal Barça ha levantado
la
segunda Supercopa
en Gran Canaria. En la primera, en Málaga, también estuvo presente. Como también pudo
ayudar al equipo a ganar la Euroliga, y, sin ir más lejos, a clasificarse para la Final a Cuatro de
Berlín y, como mínimo, ganar una tercera posición histórica para el club. Pero no era suficiente. Y
así se luchó por la ACB y el esfuerzo tuvo la recompensa del título de la regularidad en la segunda
competición más fuerte del mundo.
La evolución de Navarro es completa. Ya no es sólo el jugador que revoluciona un partido, es
el hombre que lee el juego, él sabe repartir, habla con los compañeros, sabe dirigirse a los
árbitros, pone carácter y también ilusión. Es un jugador en crecimiento continuo.
De MVP en MVP
Haber sido nombrado el jugador más valioso de la final es el reconocimiento no sólo
a los números que hizo contra el
Real
Madrid
(25 de valoración acumulados con los 22 puntos, 4 rebotes y cinco asistencias, entre
otras cosas), sino también por el carisma que se transmite en la pista cuando él está.
Así la temporada pasada Navarro recogió el galardón como jugador destacado en el play-off
final ACB. También formó parte del mejor cinco de la temporada 2008/09, posición que recuperaba
después de una campaña NBA ya que tanto en la 2005/06 a la 2006/07 había sido un fijo y, además,
había llegado a llevar el emblema de oro de la Liga que reconoce el mejor jugador de aquella
campaña (la 2005/06).
Y no sólo ACB, en la Euroliga fue elegido el mejor jugador de la temporada pasada.
Evidentemente fue incluido en el equipo ideal de la competición, otra nominación que no le venía de
nuevo porque también lo había sido el 2005/06 y el 2006/07.