16.12.2009 20:39
Lakovic y Trias apadrinan a los primeros equipos de la base
Verònica Díez / Sònia de Alba
Dos padrinos de excepción. Jordi Trias y Jaka Lakovic son los 'responsables' de los infantiles de primer año azulgrana. Ésta es una iniciativa más de la sección de baloncesto para vincular las futuras estrellas con las actuales.
No es ninguna novedad que los equipos de la cantera puedan observar, siempre que los horarios de
entrenamiento lo permitan, las sesiones del Regal Barça. Pero en la jornada previa al partido
contra el Zalgiris, el Bàsquet Base Barcelona de la categoría infantil ha sido un observador de
excepción en las gradas el Palau.
Los chicos del equipo que entrena Óscar Orellana han estado atentos al
entrenamiento y también a dos de los jugadores. Jordi Trias y Jaka Lakovic son, desde hoy, sus
padrinos.
"Me parece muy bien que se hagan este tipo de cosas. De esta manera estamos más conectados el
primer equipo y todas las categorías. Es un buen gesto por parte del equipo ", explica Jaka Lakovic
y su exposición es compartida al 100% por el también padrino del infantil B Jordi Trias:" Creo que
es una idea magnífica la de colaborar con la gente joven. Son chicos que tienen mucha ilusión y
ganas de llegar lejos en el baloncesto. Nosotros también estamos muy agradecidos. "
El técnico ha hecho de portavoz de un equipo emocionado por esta vinculación. "Los niños
están muy ilusionados. Es algo nuevo para ellos y, además, es su primer año en las categorías
inferiores. Es una manera de conocer a los jugadores y que vean todo lo que significa. Además
de buscar la proximidad con el club. "
Apuesta descarada
Xavi Pascual, el entrenador del Regal Barça, también ha querido estar
presente en este acuerdo tácito. Charlando con los chicos ha habido un intercambio de opiniones con
el alero Màxim Esteban, el jugador más pequeño de edad, ya que ha nacido en el año 1998.
El final de la divertida conversación ha acabado con Màxim jugándose un triple. Pascual le ha
invitado a tirar e, incluso, ha pedido a Gianluca Basile que le cediera el balón. Lo que se
desconoce es el hecho de la apuesta. Pero Max ha fallado el tiro. En todo caso, ha sido una manera
distendida de certificar unos vínculos más intensos entre la base y el primer equipo. Y que
continuará con más padrinos.