28.02.2008 21:02
Laporta: “Un líder no tiene que precipitarse nunca"
Aleix Santacana
El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, ha repasado este jueves en ESADE sus primeros ocho meses de mandato, atados a las virtudes de liderazgo necesarias para afrontar aquel reto.
Joan Laporta ha participado en lo que la escuela de negocios ESADE llama “Momentos de
liderazgo”, unas sesiones organizadas por la Cátedra Lideratos y Governanza Democrática de
ESADE, presidida por el ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, que también ha sido presente
en el acto.
Elogios de Pujol
Pujol ha destacado la dificultad de ser líder al frente del FC Barcelona. “Tienes
que ejercer el liderazgo en un mundo de grandes masas, con mucha pasión y sentimientos”,
ha justificado. El ex presidente de la Generalitat también ha querido recordar que Laporta accedió
a la presidencia en un momento difícil y tuvo que mantener la moral alta cuando las cosas no
iban bien.
Unos inicios complicados
Laporta ha centrado su intervención en los ocho primeros meses de su mandato y ha recordado
que entre julio de 2003 y enero de 2004 el equipo llegó a estar a 18 puntos del líder y el
ambiente era muy tenso: “Casi todo el mundo decía que teníamos que cesar el técnico; ésta
hubiese sido la decisión más sencilla. Hubiésemos podido hacer caso a esta gente pero no hubiésemos
sido fieles a nuestro proyecto”. La junta directiva tuvo que soportar mucha presión ya que,
según Laporta, el siguiente paso hubiese sido pedir su dimisión.
Fieles a Rijkaard y a Txiki
El presidente del Barça, según ha explicado, decidió escuchar los consejos de Rijkaard y
Txiki y accedió a sus peticiones: “Nos dijeron que faltaba equilibrio y nos pidieron reforzar
la defensa”. La llegada de Davids en el mercado de invierno dio sus frutos y el Barça
encadenó una serie de resultados que le llevaron al subcampeonato de Liga, sólo a dos puntos del
Valencia, que fue el campeón.
El sentido de la responsabilidad
El presidente del FC Barcelona ha asegurado que aquella experiencia le marcó mucho:
“Aprendí a no precipitarme en los momentos difíciles. Es muy importante que las decisiones
las tomen aquéllos quién después responderán de ellas. Es preciso tener sentido de la
responsabilidad y espíritu de equipo y no dejarte influenciar por otras historias”.