05.08.2007 07:58
Descanso y turismo
David Saura
Un grupo de cinco jugadores y el presidente Joan Laporta han aprovechado la mañana de fiesta para acercarse a la Gran Muralla China. El resto de la plantilla ha optado por relajarse en el hotel y dejar pasar las horas antes del partido.
Inicialmente estaba prevista una sesión de entrenamiento suave para este domingo por la mañana,
pero Frank Rijkaard decidió suspenderla y dio fiesta a sus jugadores, que han disfrutado de media
jornada libre hasta la hora de almuerzo, programada para las 13.30h (hora local).
La mayoría de la plantilla ha preferido quedarse descansando en el hotel
Westin Beijin, pero también ha habido otros que han optado el turismo, como por ejemplo Xavi,
Jorquera, Oleguer, Dimas y Crosas, que se han desplazado hasta la gran Muralla China para visitar
una de las siete maravillas del mundo. Los jugadores han sido acompañados por el presidente Joan
Laporta, el directivo Albert Perrín y el secretario técnico, Txiki Begiristain. También estaba el
preparador físico Albert Roca.
Dos horas de visita
En las escasas dos horas que ha durado la visita, tanto los jugadores como el resto de
miembros de la comitiva azulgrana han podido disfrutar de las espectaculares vistas de esta muralla
de fortificación militar. La niebla típica de la zona, que ha acompañado el equipo desde que
aterrizó en Pekín, ha quitado brillantez a un paraje espectacular, que en el año 1987 fue declarado
Patrimonio Cultural Mundial de la Unesco.
En el paso de Juyongguan
La visita se ha hecho en el tramo de la muralla que se conoce como Paso de Juyongguan, a 50
kilómetros de Pekín, en el distrito de Changping. Este paso, que históricamente ha sido un lugar
muy disputado por su situación estratégica, se encuentra encajonado en un valle de 20 kilómetros
formando una defensa para el noroeste de la capital.
Sudor y cansancio
Al tratarse de un domingo, la zona estaba muy concurrida de turistas, la
mayoría de origen asiático. Algunos han aprovechado la ocasión para fotografiarse con los
jugadores, pero en líneas generales han podido pasar bastante desapercibidos y disfrutar del
turismo. El intenso calor ha hecho que todos los visitantes sudasen de lo lindo mientras intentaban
subir las escaleras que hay en este tramo de la muralla que se encarama por las montañas.