La delegación del FC Barcelona que ha estado en Senegal para inaugurar un centro XICS valora con satisfacción una iniciativa que significará una aportación de 150.000 euros y tres años de trabajo sobre el terreno.
Más allá de la gran alianza con Unicef y de las acciones impulsadas en Swazilandia, la Fundación
del Club desarrolla un amplio programa social, cultural y solidario. El programa XICS es un gran
ejemplo. Esta red internacional de centros solidarios ha vivido esta semana su primer capítulo.
La ciudad escogida para construir el primer centro ha sido Richard Toll,
una localidad muy pobre del norte del Senegal, cerca de la frontera con Mauritania, que se volcó
este jueves con la
inauguración del centro . Se trata de una zona donde casi no llega la ayuda internacional porque las vías de
comunicación que la conectan con el resto del país están en un estado paupérrimo. La ciudad de
Richard Toll, con unos 150.000 habitantes, es una de las grandes olvidadas de Senegal, en gran
medida por culpa de la centralización que impera en el país y que provoca que sólo la capital,
Dakar, y su radio de acción más directo —además de algunas zonas del sur en conflicto
político— reciban los efectos de la cooperación.
La aportación económica
La Fundación del FC Barcelona ha impulsado la construcción de este
centro solidario diseñando el tipo de colaboración oferta, fijando los objetivos y escogiendo las
entidades que han apoyado a esta iniciativa. Además, la Fundación ha financiado la construcción del
centro, con 150.000 euros, gracias a la colaboración de la Agencia Catalana de Cooperación al
Desarrollo (ACCD) y de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI). La colaboración de
estas dos agencias de cooperación también garantiza la aportación de 60.000 euros durante el primer
año para el mantenimiento del centro.
Tres años sobre el terreno
La implicación directa de la Fundación en este proyecto tendrá una duración de tres años, el
habitual en términos de cooperación internacional. Durante los dos próximos años será la Fundación
la que financiará el mantenimiento del centro, a pesar de que ya se está trabajando en la
implicación de entidades locales para que, de aquí a tres años, continúen dándole vida.
Apoyo institucional
También han colaborado en este proyecto el Ayuntamiento de Richard Toll,
con la cesión del terreno de forma indefinida y asumiendo los suministros de agua y luz; la ASBEF,
la asociación senegalesa para el bienestar familiar, que ha coejecutado el proyecto y ha contratado
el director del centro y el personal; la Fundación Barcelona SIDA 2002, que ofrecerá atención
sanitaria a los niños, y, finalmente, los líderes religiosos y comunitarios de la zona, que dan el
visto bueno para que los niños participen en programas de cooperación, especialmente los niños
‘talibés', de los que tienen la tutela. Para la aplicación correcta de todos los recursos, la
Fundación ha designado un coordinador local que representa a la entidad y que vela por el
cumplimiento de los objetivos fijados.
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Los principales beneficiarios
Casi el 40% de los 250 jóvenes inscritos en el centro serán niños ‘talibés', niños que
residen en las ‘daares', las escuelas coránicas, donde, a cambio de comida y de un
alojamiento muy precario, son obligados a pedir limosna por las calles. El resto de los
beneficiarios del centro serán niños de Richard Toll con riesgo de exclusión social, y se tendrá un
cuidado especial de las niñas. “Gracias a esta instalación hemos dinamizado el compromiso de
las autoridades locales, los jefes religiosos y toda la comunidad de Richard Toll hacia los niños
más vulnerables”, reflexiona Marta Segú, directora de Proyectos Internacionales de la
Fundación, que esta semana ha acompañado al presidente, Joan Laporta, y el vicepresidente, Alfons
Godall, en la inauguración del centro en Senegal.