La actividad de La Masia vive estos días un paréntesis veraniego. Todo estará preparado, a finales de julio, para la vuelta de los, aproximadamente, sesenta residentes de la próxima temporada.
Las vacaciones de los chicos que viven en éste emblemático edificio cambian el aspecto de uno de
los pilares simbólicos del club. Según el director de La Masia, Carles Folguera, “el
Departamento de Patrimonio y el personal de mantenimiento del club aprovechan las vacaciones de los
residentes para arreglar los pequeños desperfectos que pueda haber, para así tenerlo todo apunto a
finales de julio”.
El trabajo no cesa
Los educadores y gestores de La Masia viven estas semanas entre el cierre del anterior curso
y la preparación del nuevo ejercicio. “Los responsables de La Masia –dice
Folguera– estamos trabajando por adaptarnos a las nuevas incorporaciones y a los nuevos
planes de estudios. Aunque estos días La Masia parece vacía, la actividad no cesa”.
Los valores del deportista
El objetivo para la próxima temporada es reforzar los valores sociales y humanos
característicos de esta residencia. “Dirigir este centro es una gran responsabilidad
–manifiesta su director–. Es el lugar de formación de nuestros deportistas por
excelencia, y el club, en permanente contacto con los padres de todos y cada uno de los residentes,
asume, subsidiariamente, la formación personal y académica de todos ellos.” En total, un
centenar de jóvenes deportistas del ámbito azulgrana irán volviendo escalonadamente a La Masia.
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Ardua tarea
Desde finales del mes de julio y durante todo el mes de agosto se producirá el retorno de los
sesenta residentes que forman parte de La Masia. A esta cifra hay de sumarle unos cuarenta chicos
más adaptados al régimen de media pensión. La organización, pues, es vital para llevar a cabo la
tarea que, desde hace muchos años, desempeñan los responsables de La Masia para el deporte
barcelonista y la formación académica de todos sus residentes.