11.07.2008 13:55
40 aniversario de la final de las botellas
Manel Tomàs
Este viernes hace cuarenta años de la victoria del Barça en la final de Copa disputada en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid el 11 de julio de 1968. Aquella final pasó a la historia con el apelativo popular de “la final de las botellas”.
El ambiente con el que se llegó en la final ya estaba bastante caldeado,
puesto que aunque en las semifinales el Barça había eliminado de una manera limpia al Atlético de
Madrid, los medios de comunicación madrileños hicieron circular la brama que el árbitro Rigo había
favorecido descaradamente a los azulgranas, cosa que era falsa del todo.
Eso, de hecho, no hubiese tenido demasiada importancia de no haber sido designado
precisamente a Rigo el árbitro de la final de Copa, que tenía que enfrentar al equipo barcelonista
con el Real Madrid, en un escenario tan poco neutral como era el estadio Santiago Bernabéu.
Los dos equipos
Aquel día, el entrenador azulgrana Salvador Artigas alineó a los siguientes jugadores:
Sadurní, Torres, Gallego, Eladio, Zabalza, Fusté, Rifé, Zaldúa, Mendonça, Pereda y Rexach. Por su
parte, el técnico blanco Miguel Muñoz presentó este equipo: Betancourt, Miera, Zunzunegui, Sanchís,
Pirri, Zoco, Serena, Amancio, Grosso, José Luis y Miguel Pérez.
Ambiente tenso
El ambiente en las gradas era bastante tenso, con unos
aficionados madridistas –que, evidentemente, eran la inmensa mayoría de los congregados-
dispuestos a no perdonar ninguna decisión de Rigo. Pese a este ambiente tan hostil, el Barça jugó
con una gran serenidad y controló bien el juego de un Madrid muy nervioso, como se pudo comprobar
con el único gol del partido: en el minuto seis, un centro de Rifé fue desviado por el madridista
Zunzunegui al fondo de su propia portería.
A partir de entonces, todos los ataques blancos se estrellaron contra la impecable barrera
defensiva llevada a cabo por los hombres de Artigas. A medida que pasaban los minutos y ante la
impotencia de su equipo, los aficionados madridistas se dedicaron a protestar sistemáticamente
todas las decisiones de Rigo, y a pedir penalti en todas las acciones dudosas ocurridas en el área
azulgrana.
Un final accidentado
Pero los incidentes más graves sucedieron cuando, faltando pocos minutos
para el final del partido, algunos espectadores tiraron botellas de vidrio, muchas de las cuales
habían sido rotas previamente, contra los jugadores barcelonistas. Pese a todo, el Barça pudo
alcanzar un triunfo heroico, conseguido en unas circunstancias tremendamente adversas.