04.07.2010 11:13
Presidentes con ADN azulgrana
Manel Tomàs
Sandro Rosell llega a la presidencia del Barça apoyado por el ejemplo de su padre Jaume Rosell, que fue gerente del club entre los años 1975 y 1978. La historia azulgrana registra otros casos de presidentes con antecedentes paternos.
En julio de 1975, cuando su padre fue nombrado gerente del Barça, Sandro Rosell tenía once años y
hacía cinco que era socio. El ambiente en su casa era de fervoroso barcelonismo, ya que Sergi, el
hermano pequeño de cinco años, también era socio. Por su parte, Jaume Rosell, un ingeniero
industrial de 40 años, había sido aficionado azulgrana desde los tiempos del campo de Les Corts,
donde iba a las localidades de general.
Gerente en unos tiempos complicados
Jaume Rosell alcanzó la gerencia del club en una época muy difícil, en las
postrimerías de la dictadura franquista. En un tiempo que todo se politiza, él lo tenía claro: "El
Barça es más que un club, pero sobre todo es un club en el que están todas las clases sociales. En
el Barça caben todas las ideologías políticas porque representa todo el pueblo catalán."
En mayo de 1978, a punto de dejar el cargo, se reafirmaba: "Nuestro club es liberal,
pluralista y demócrata. Durante la dictadura el Barça ejerció una suplencia de otras instituciones
que estaban prohibidas, pero deseo que esta circunstancia no se tenga que repetir nunca más. Pero
si desgraciadamente volviera a darse el caso, el FC Barcelona volvería a hacer esta tarea."
A pesar de las circunstancias a menudo adversas, Rosell colaboró en la implicación del club
en el proceso de normalización democrática. Así, ya en agosto de 1975 se volvió a hablar en catalán
por los altavoces del Camp Nou. Posteriormente el club se adhirió al Congreso de Cultura Catalana y
el 13 de abril de 1977 pidió públicamente el Estatuto de Autonomía para Catalunya. Tras dejar el
Barça, Rosell ocupó una subdirección de la Dirección General de Deporte de la Generalitat.
Enric Llaudet, presidente e hijo de directivo
Josep Llaudet fue directivo del Barca en la década de los veinte
durante tres etapas presidenciales diferentes, en los años de Gaspar Rosés (1920-21), Joan Gamper
(1.924-25) y Arcadi Balaguer (1.925-27). Fue testigo de la primera edad de oro del club pero
también de episodios tristes como la clausura del club durante seis meses debido a la pitada al
himno español en el campo de Les Corts en 1925. Mientras tanto, su hijo Enric, nacido en 1916, se
impregnaba de barcelonismo a su lado.
Muchos años después, el 7 de junio de 1961, Enric Llaudet llegó a ser presidente del Barça.
Los tiempos eran complicados debido a la crisis económica y deportiva, pero Llaudet siempre tuvo
presente el recuerdo de su padre y pese a que en enero de 1968 dejó un club aún en crisis
deportiva, las finanzas ya estaban estabilizadas y se le recuerda como un caballero.
La saga de los Montal
Uno de los mejores presidentes de la historia del Barça fue Agustí
Montal Galobart, un industrial de talante liberal y democrático que en una de las épocas más
oscuras de la historia del país (años 1946-52) abrió la primera brecha en el rígido estado de cosas
impuesto por la dictadura en conseguir la convocatoria de la primera asamblea de socios de la
posguerra, en 1948. Cuando en 1952 Montal Galobart dejó la presidencia, el Barça acababa de
conquistar las famosas Cinco Copas y su hijo Agustí, que ya tenía 18 años, soñaba que algún día él
también sería presidente.
Agustí Montal Costa cumplió su sueño el 18 de diciembre de 1969, cuando ganó las elecciones a
la presidencia del Barça. Nunca olvidó la valentía de su padre al enfrentarse a un granítico
sistema cuando casi nadie se atrevía a hacerlo desde dentro. De alguna manera continuó la tarea de
Montal Galobart en convertirse en un estandarte del barcelonismo y del catalanismo en lucha contra
las injustas y centralistas estructuras del fútbol español. Montal Costa, que contó con la
colaboración en la gerencia de personajes de la talla de Armand Carabén y Jaume Rosell, siempre lo
tuvo claro: "Desde mi infancia, el ejemplo de amor y de dedicación hacia el Barça que me dio mi
padre hace que el sentimiento barcelonista forme parte integrante de mi ser. "Exactamente el mismo
caso que Enric Llaudet y Sandro Rosell.