26.02.2007 18:36
Motta, Ronaldinho y el número 13
'L’habitació dels miralls”, el programa de Barça TV que repasa la vida de los jugadores, recibe esta semana la visita de Thiago Motta, que repasa su pasión por el número 13, la amistad con Ronaldinho o la afición por el Palmeiras, entre otros temas.
El ítalo brasileño, de 24 años, pasa por el programa y repasa su vida desde la vertiente
futbolística y personal. Después de jugar más de 100 partidos con el Barça, en
'L’habitació…' podremos ver con detalle las diferentes caras de Motta. ¿Sabéis cuantos
dorsales ha vestido? Cinco: el 31, el 14, el 28, el 23 y actualmente lleva el 3. ¿En cuantas
posiciones ha jugado Thiago? Comenzó como interior izquierdo, pasó por el lateral izquierdo, algún
vez ha jugado de central, y se ha consolidado como pívot defensivo. ¿Y recordáis los peinados y
tatuajes que ha lucido? Pues en 'L’habitació dels miralls’ podréis ver todos estos
detalles y muchos aspectos desconocidos hasta ahora.
Ronaldinho, su gran amigo
El crack azulgrana Ronaldinho aparece en el programa para explicar la gran relación de
amistad que tiene con Motta desde hace años: “Lo conocí cuando jugamos el Catalunya-Brasil;
estuvimos cenando juntos. Es la persona que más me ha ayudado. Creo que éste compañerismo, el de
mostrarme toda la ciudad, el de decirme los lugares buenos para comer, el de enseñarme a hablar
castellano… Creo que nunca lo olvidaré". Los dos brasileños son muy amigos, tal y como Motta
también resalta: “Si yo lo he ayudado, él lo ha hecho el doble. Por la afinidad y estima que
nos tenemos, dentro de 40 o 50 años seguiremos siendo amigos”.
Además, Ronaldinho también destaca el trabajo de Motta dentro del campo: “A veces la
gente no valora toda la importancia que tiene para el equipo, pero yo, que juego delante suyo, y
todo el grupo, sabemos cuál es su importancia”.
El número 13, una de sus manías
Thiago Motta siempre ha tenido devoción por el número 13. En Brasil había vestido varias
veces éste dorsal, pero en España le ha sido imposible porque la reglamentación no se lo permite.
Motta explica que “llevo 4 años intentándolo y es imposible. Aún estoy seguro de que un día
lo haré”. Con la atentísima mirada de Motta, un especialista en derecho del deporte, Javier
Rodríguez Ten, explica porque el número 13 está reservado a los porteros suplentes: “el 13
siempre ha sido un número asociado con la mala suerte. Curiosamente cuando un guardameta suplente
juega es porque el guardameta se ha lesionado o porque está jugando muy mal, dos signos de mala
suerte”.
Otra curiosidad es que Motta, desde bien pequeño, tiene problemas para dormir y siempre se
despierta a medianoche. El jugador nos explica qué hace antes de volver a dormirse: “Tengo la
manía de beber alguna cosa y comer croissants con mucho chocolate de untar”. Desvelando más
curiosidades, el ítalo brasileño nos confirma que es zurdo con los pies, pero diestro con las manos
y nos revela que de no haber sido futbolista, hubiese querido ser médico.
Del Palmeiras al Barça del brazo de Deco
Motta se formó como futbolista en el Palmeiras, club en el que también jugaba Deco.
El '3' del Barça recuerda a su actual compañero, a pesar de que entonces no tenían ninguna
relación: “Por la diferencia de edad no coincidíamos, pero jugábamos en el mismo club y lo
conocía para mirar como jugaba”. Precisamente, una camiseta del Palmeiras y un balón fueron
los primeros regalos que recibió de sus padres. Su padre tuvo una influencia decisiva en su carrera
como futbolista: “Él siempre me decía que tenía que ser el número 1 para poder llegar lejos.
No diría que fue presión, aunque antes sí la notaba… mi padre sólo quería lo mejor por a
mí”.
A pesar de que siempre será seguidor del Palmeiras, asegura que sólo tiene un club en el
corazón: “Hoy en día sólo hay un club que se dispute mi corazón, el Barça”. Asimismo,
después de la larga lesión a la rodilla que sufrió, recuerda su retorno a los terrenos de juego el
17 de abril del 2005 como un día inolvidable. Ronaldinho tiró el balón fuera para que pudiese
entrar y el público gritó su nombre: “Me pasé diversos días sin dormir. Lo más importante
para un jugador es sentirse querido, y este día me sentí la persona más querida del mundo”.