27.02.2008 11:25
La Copa es la gran esperanza del Valencia
Jordi Clos
El conjunto blanco vive el mejor momento desde que Koeman y Bakero se hicieron cargo de él. La eliminatoria anterior contra el Atlético de Madrid supuso un punto de inflexión en su trayectoria.
La derrota contra el Barça de la decimosexta jornada (0-3) significó un antes y un después en el
Valencia. Con el equipo eliminado de la Champions a las primeras de cambio y en caída libre en la
Liga, el entrenador Ronald Koeman optó por apartar de la plantilla a Cañizares, Albelda y Angulo,
en una de las decisiones más controvertidas de los últimos tiempos.
La medida no tuvo una buena acogida por parte de la afición valencianista y, acompañada de
más resultados negativos, se giró en contra del cuerpo técnico y la dirección del club. Durante los
tres meses que el equipo fue incapaz de ganar en Mestalla en Liga (del 10 de noviembre al 10 de
febrero), los pañuelos blancos y las exigencias de dimisión se convirtieron en actitudes
recurrentes.
Trayectoria meritoria
El buen papel en la Copa del Rey ha sido el gran bálsamo del
club. De hecho, la eliminatoria contra el Atlético de Madrid, en los cuartos de final, supuso un
punto de inflexión en el estado anímico de los blancos. Desde entonces, el Valencia, con cuatro
jornadas sin perder, se ha reenganchado a la lucha por las plazas europeas. Ahora mismo es noveno
en la Liga, a cuatro puntos del sexto. El acceso directo a la UEFA sería un mal menor para el
Valencia, aunque si estuviera acompañado de un título incluso se vería con buenos ojos. Por eso, la
Copa se ha erigido en una vía de escape para los de Koeman. Su trayectoria en esta competición es
impecable: ha dejado en la cuneta al Betis y al Atlético de Madrid, marcando dos goles en el Ruiz
de Lopera y el Calderón.
El mejor momento
Ronald Koeman, secundado por José Mari Bakero, parece haber
encontrado la fórmula del éxito. El juego del equipo ha evidenciado una mejora considerable con el
sistema 4-2-3-1, en el que los fichajes invernales Banega y Maduro aportan consistencia en la
medular, y Joaquín y Mata, profundidad por las bandas. Es el mejor momento desde que el héroe de
Wembley tomó las riendas. La prueba es que el sábado, a pesar de empatar en casa con el Recreativo
(1-1), la exigente afición de Mestalla despidió a sus hombres con aplausos.