
12.01.2009 12:52
Jordi Clos
La diana extraordinaria que logró Leo Messi en el feudo de Osasuna persistirá para siempre en el recuerdo, como en su día quedaron la vaselina de Romario y la tijera de Ronaldinho.
Diez años más tarde, en la 23ª jornada de la
campaña 2003/04, Ronaldinho conseguiría en el estadio navarro uno de sus mejores goles con el
Barça. En el minuto 77, un chut de Edgar Davids fue interceptado en el área pequeña por el astro
brasileño, que se iría de un defensa con sombrero y a continuación remataría a la media vuelta al
fondo de las mallas. Era el 1-2 y la confirmación de que el Barça, liderado por Ronaldinho, estaba
a punto de iniciar un ciclo glorioso.
La última estrella azulgrana en brillar en el
campo de Osasuna ha sido Leo Messi. Un cañonazo impresionante del atacante argentino en el minuto
84 significó el 2-3 definitivo y permitió al Barça obtener la 13ª victoria consecutiva a domicilio
e igualar el recuerdo de puntos de un equipo en toda la primera vuelta. Como dos de sus
predecesores con el ‘10' en la camiseta, Messi decidió el encuentro de Pamplona con una
auténtica genialidad.