17.10.2008 13:36
San Mamés, estadio para la nostalgia
Miriam Nadal
El estadio de San Mamés es uno de los campos más históricos y más emblemáticos de la Liga. La Catedral dirá ‘adiós' un año antes de hacer cien años de vida.
Es uno de los centros neurálgicos de Bilbao ya que guarda buena parte de
las emociones de los ciudadanos de la capital vizcaína y, por extensión, de muchos vascos.
El estadio de
San
Mamés
es el más antiguo de toda la Liga, construido el 1913. Pero este mítico espacio para la
ciudad dirá adiós un año antes de cumplir el siglo de vida.
San Mamés Barria
Justo al lado del actual campo, en unos terrenos que eran de la
Diputación y el Ayuntamiento de Bilbao, se extiende ya el espacio que ocupará el Nuevo San Mamés
(San Mamés Barria), instalaciones donde el Athletic jugará a partir de la 2011/12. El actual
estadio dará paso a edificios de la Universidad del País Vasco.
El poder de la afición de La Catedral
“El Athletic mantiene su modelo por su afición. La afición sabe esperar, tiene
paciencia y, en momentos de debilidad, está con el equipo, año tras año”, explica el técnico
Joaquín Caparrós. Para el andaluz, el poder de San Mamés es único: “Pisar San Mamés es muy
especial. Personalmente, disfruto como entrenador del Athletic. Como se dice en mi tierra, Sevilla
tiene un color especial, y San Mamés también tiene un color especial”.
Joseba Etxeberria reafirma esta sensación: “Nuestro estadio es nuestra principal
fuerza. La gente da mucho apoyo”.
El director del Museo, Asier Arrate, explica qué representa el campo para la ciudad.
“La Catedral es un campo que han visto tres o cuatro generaciones de bilbaínos. Es un campo
que ha disfrutado de mucho fútbol. Del Barça de Samitier, de Kubala, de Maradona, de Lineker y
tantos otros. Ha visto la creación de la Liga, muchos compromisos de Copa…”, reconoce
Arrate.
Para el responsable de la Sala de Trofeos del equipo vasco, la influencia del público ha sido
clave: “Muchos partidos los ha ganado el público”.
El San Mamés Barria será obra de la ingeniería ACXT-IDOM y el máximo responsable, el
arquitecto César Azcarrate.