07.02.2010 12:36
Ni todas las adversidades pueden con el equipo
Roger Bogunyà
El del Getafe fue un partido muy accidentado para el Barça, que tuvo que hacer frente a dos expulsiones, un penalti en contra y dos lesiones. Los de Guardiola superaron todas estas adversidades con nota.
Si nos hubieran dicho que el Barça acabaría el encuentro del sábado (
2-1
) con nueve hombres sobre el campo y con
Alves
y Touré lesionados
, no nos lo habríamos creído. El equipo tuvo que hacer frente a un partido lleno de
desgracias y contratiempos que Guardiola fue resolviendo como pudo.
Maxwell, a la derecha; Touré, central
La primera fue la lesión de Alves en el calentamiento, que obligó a
Maxwell a ejercer de lateral derecho. En León y contra la Cultural ya había probado la posición. El
brasileño respondió con nota e incluso se sumó al ataque más de una vez al inicio.
El segundo contratiempo fue la expulsión de Piqué en el minuto 25, que hizo que Touré
volviera a la posición central. Ya la conocía de Stamford Bridge, de la final de Copa y de la final
de Champions. Con él sobre el campo, y formando pareja con un Milito que se estrenaba como titular
en la Liga después de su larga lesión, el Getafe no tuvo ni una clara ocasión de gol.
Un 4-4-1 que mejora al equipo
El equipo mejoró con la entrada al campo, ya en la segunda parte, de
Busquets. Sin Ibrahimovic, Guardiola apostó por un 4-4-1 que dejaba a Messi solo en punta,
acompañado siempre por mediocentros como Keita o Xavi, que tuvieron claras ocasiones de gol. Pero
no todo fue tan fácil. Touré se lesionó en la reanudación y Márquez tuvo que sustituirlo en el eje
de la defensa.
Tres parejas de centrales diferentes
Con este cambio, el Barça formaba con la tercera pareja de centrales de la noche:
Márquez-Milito. Ambos sólo habían coincidido en el eje de la defensa durante los últimos minutos
del Tenerife-Barça y, sin embargo, se entendieron a la perfección. Sólo el penalti final a Soldado
malogró la actuación de ambos. Márquez fue expulsado y Guardiola tendrá que idear una defensa
inédita -la del Getafe también lo fue- para enfrentarse al Atlético de Madrid.
Una expulsión con la lección aprendida
La expulsión de Piqué fue la segunda de la era Guardiola en la primera
parte. La primera fue la de Keita contra el Espanyol (1-2), la pasada temporada. Entonces el equipo
acusó el hecho de jugar con diez y el técnico reconoció haberse confundido con los cambios. Con el
Getafe Guardiola acertó y dejó constancia de que no tropieza dos veces con la misma piedra.
De hecho, desde que Guardiola es el técnico, el equipo ha sufrido once expulsiones,
repartidas en nueve partidos diferentes, y el conjunto sólo ha caído en dos de estos
compromisos. Precisamente, el otro fue en un partido nada decisivo, un Barça-Osasuna (0-1) del
curso pasado cuando la Liga ya estaba ganada. En las semifinales de Copa y Champions y con el
Madrid esta temporada, el equipo siempre supo resistir a pesar de jugar con diez.