Después de encadenar 16 partidos de manera consecutiva, el delantero argentino comenzó el encuentro con el Mallorca en el banquillo. Valdés, una vez más, fue decisivo.
Fue una victoria de vital importancia. Tres puntos de oro, en un fortín inexpugnable. El Mallorca
se quedó sin marcar un gol en Son Moix por primera vez esta temporada. Un dato más que demuestra la
fiabilidad del Barça. El pulso con el Madrid continúa.
Messi: cuarta suplencia en liga
Una hora antes de empezar el partido aparece la primera sorpresa: Messi
no está en el once inicial. 16 partidos después, el argentino descansa. El '10 'azulgrana vivió c
on intensidad la primera parte junto a Xavi. Nada acostumbrado a probar el banquillo, Messi
preguntaba, comentaba la jugada, se movía. Como un culé más, sufría por su equipo . Saltó al césped
del Ono Estadi en la segunda parte. Con Guardiola como técnico, el argentino siempre ha sido
suplente con el Mallorca.
Jeffren, Ibra y Pedro repiten
La suplencia de Messi benefició a Jeffren. Volvía al equipo
titular después de ser lateral derecho en el Calderón. El extremo canario compartió trío atacante
con Ibra y Pedro, como en Getafe. Jeffren ayudó mucho en el trabajo táctico presionando en todo
momento. No marcó, pero estuvo a punto de sorprender a Aouate.
Valdés también da puntos
El Barça hizo bueno el gol de Ibra, gracias también a su solidez
defensiva. Ya son 26 partidos con la portería a cero. Milito y Puyol estuvieron impecables.
Intensos durante los 90 minutos, los dos centrales estuvieron atentos en la anticipación. Entre los
dos sólo hicieron una falta. Ya no es noticia, como tampoco lo es el extraordinario rendimiento de
Valdés. Una vez más, salvó al equipo. Una vez más, fue decisivo.
Leo Messi sentado en el banquillo al lado de Leo Messi. Fotos: Miguel Ruiz - FCB.
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La amarilla de Alves
Con el clásico cerca, el Barça hizo un nuevo paso hacia el título. Y Alves se aseguró su presencia
en el Bernabéu. Provocó la quinta amarilla en una acción de pillo. Tardó un mundo en hacer el saque
de banda y Fernández Borbalán le amonestó por perder tiempo. A Guardiola no se le escapa ni un
detalle.