08.04.2010 14:30
Messi mejora con Guardiola
David Saura
Desde que Pep Guardiola llegó al banquillo del Barça, la capacidad goleadora de Leo Messi se ha disparado de manera espectacular, con una media de 0,81 goles por partido.
Leo Messi llegará al Bernabéu como Pichichi de la Liga (26 goles), de la Champions (8) y al frente
de la clasificación de la Bota de Oro, empatado con Wayne Rooney. El delantero argentino está
explotando como nunca su capacidad para definir de cara a portería,
pulverizando nuevos récords cada día que pasa
.
La evolución, de Rijkkard a Guardiola
En esta versión de Messi como goleador implacable, encontramos un punto
de inflexión con la llegada de Pep Guardiola al banquillo del Barça, en el verano del 2008. Hasta
entonces, el joven jugador azulgrana había disputado 110 partidos con la camiseta del Barça en
partidos oficiales, con 42 goles de bagaje. Visto de otro modo: una media de 1 gol cada 2,6
partidos.
Desde que Guardiola tomó las riendas del Barça, estas estadísticas de Messi han subido de
forma fulminante: ha marcado 77 goles en 94 partidos, con un notable aumento de su efectividad,
cifrada ahora en 1 gol cada 1,2 partidos.
De menos a más protagonismo
Es cierto que en la etapa de Frank Rijkaard, Messi tenía menos
incidencia en el juego del Barça (especialmente en la primera temporada y media) y también menos
peso específico en el equipo, por detrás de hombres ya consagrados, como Ronaldinho, Deco o Eto'o.
También es cierto que Guardiola ha sabido exprimir como nadie las virtudes ofensivas del crack
argentino, ubicándole en posiciones de ataque más cercanas a la mediapunta que a la banda.
Con Argentina, sin cambios
¿Y cuál ha sido la evolución goleadora de Messi con la selección de Argentina? Con la
camiseta de la albiceleste, el comportamiento ofensivo del jugador de Rosario no ha sufrido grandes
cambios: hasta el 2008 había logrado 6 goles en 21 partidos (un gol cada 3,5 partidos), una media
similar a la de los años posteriores (7 goles en 23 partidos, un gol cada 3,3 partidos). En este
caso, es obvio que los cambios de seleccionadores del combinado argentino no han tenido el mismo
efecto que tuvo, para Messi, la llegada de Pep Guardiola al banquillo del Barça.