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12.04.2010 12:06

Como siempre, Pedro

Edgar Fornós

Una vez más, Pedro no se escondió en los momentos importantes y un gol suyo en el Santiago Bernabéu sentenció un partido redondo de los azulgranas contra el Real Madrid. El 0-2 supuso el decimoctavo gol del canario esta temporada.

Al comienzo parecía un chico tocado por una varilla mágica. Ahora ya nadie habla de fortuna, ni de suerte, ni de casualidad: Pedro es un jugador excepcional, importante, y que siempre está cuando se le necesita. El delantero azulgrana se ha ganado la confianza del técnico a cada partido que ha jugado aprovechando perfectamente las oportunidades que ha tenido. En el Bernabéu tampoco falló.

“Lo que ha hecho este niño no tiene nombre”

Al acabar el clásico, Guardiola dedicó unas palabras en la rueda de prensa a un Pedro que estuvo inmenso durante los 90 minutos que jugó: “Es un jugador increíble. Todos sabíamos la calidad que tenía y que podía estar con nosotros, pero todo el que está ofreciendo al equipo es mucho más del que en un principio podíamos imaginar. Lo que ha hecho este niño esta temporada no tiene nombre. Estamos muy agradecidos y satisfechos de su rendimiento y sólo deseo que siga como hasta ahora.”

Un saco lleno de goles

En San Mamés, frente al Athletic Club en la ida de la Supercopa de España, Pedro puso el primer gol en el saco de la temporada 2009/10. En el campo del Madrid ha firmado el que por el momento es el último que ha conseguido, el decimoctavo de una lista dónde aparecen goles marcados en todas las competiciones oficiales habidas y por haber. Y ha habido de realmente importantes, como el de la final de la Supercopa d’Europa, en la prórroga, contra el Xakhtar (1-0) o el de la final del Mundial de Clubes que daba vida al Barça (2-1).

Derecha o izquierda, que más da

A parte del buen rendimiento que ofrece Pedro de cara a portería, el futbolista canario ha demostrado ser un delantero muy polivalente. El hecho de dominar a la perfección las dos piernas le permite actuar a la derecha, a l’izquierda o, si es necesario, en el centro del ataque azulgrana. En el Bernabéu jugó de extremo izquierdo a la primera parte y por la banda derecha en la segunda, y en los dos casos mareó a la defensa blanca. Una ventaja de ser ambidiestro.