18.08.2009 13:57
Pau Ramírez
El Manchester City jugará este miércoles el Trofeo Joan Gamper. Lo hará dirigido desde el banquillo por un viejo conocido de la afición azulgrana, Mark Hughes.
Nacido en Ruabon (País de Gales) el 1 de noviembre de 1963, des de pequeño ya empezó a dejar su huella en los terrenos de juego marcando goles. Sus actuaciones no pasaron desapercibidas para los grandes equipos del fútbol inglés, y fue el Manchester United quien hizo un mayor esfuerzo para incorporarlo, cuando terminó la escuela con 16 años.
Manchester, el inicio
Hughes fue subiendo etapas en el Manchester hasta que debutó con el primer equipo la
temporada 1983/84 en un partido de Copa frente al Oxford United. Conocido con el nombre de
'chispa', syu progresión era evidente: de los 11 partidos y cuatro goles conseguidos la temporada
de su estreno, passó a los 38 partidos y 16 goles de la segunda temporada y a las 40 apariciones y
17 goles de la temporada 1985/86.
El Camp Nou, primera aventura
Hughes llegó a Barcelona el verano de 1986 como nueve fichaje azulgrana. El fichaje se hizo a
principios de año, aunque no se hizo público hasta finalizar la temporada.
Hughes llegó por petición expresa del entonces técnico Terry Venables, junto a su compatriota Gary Lineker (fichado del Everton). La experiencia pero, jugó en contra del gales, que con sólo 21 años no terminó de convencer con su rendimiento (28 partidos jugados y sólo cuatro goles marcados). Lineker, a su vez, llegó con 26 años y ya en su primera temporada jugó 50 partidos y consiguió 22 goles.
Cedido al Bayern
En su segunda temporada como azulgrana, Hughes fue cedido al Bayern de Munic, con quien
disputó 18 encuentros y logró 6 goles. Pese a que su rendimiento en el continente no terminaba de
convencer, Hughes mantenía un buen cartel en las islas Británicas y regresó al Manchester United en
mayo de 1988. Con los diablos rojos, jugó 7 temporadas más (256 partidos y 82 goles) y ganó
dos Ligas, tres Copas, una Copa de la Liga, una Recopa y una Supercopa Europea.
La venganza del ‘chispa’
Muchos azulgrana recuerdan todavía la final de la Recopa de la temporada 1990/91 disputada el
15 de mayo de 1991 en Rotterdam (Holanda), en la que el Manchester United venció al
Barça por 2-1 con dos goles de Mark Hughes en la segunda mitad.
Curiosamente, Hughes le hizo los dos goles a Carles Busquets, portero en aquella
final del Barça y padre de Sergio Busquets, contra quien se enfrentará
el miércoles. Unos años más tarde, el ex delantero barcelonista volvió a marcarle un gol a su
viejo equipo, en un partido de la Liga de Campeones de la temporada 1994/95 disputado en Old
Trafford y que finalizó con empate a dos. Hughes marcó el primer gol de su equipo.
Larga trayectoria en la Premier
En junio de 1995,
Mark Hughes decidió abandonar el Manchester United y siguió su carrera en el Chelsea
(1995/98 con una Copa, una Copa de la Liga y una Recopa ganadas), Southampton
(1998/2000), Everton (2000/01) y Blackburn Rovers (2001/02), club en el que colgó las botas
con casi 39 años tras haberlo ayudado a subir de la First Division a la Premier League y a
ganar una Copa de la Liga. En total, Hughes jugó 678 partidos entre sus
clubes (606) y su selección (72), y consiguió 179 goles (163 con sus
equipos y 16 con su país).
Su marca en el Gamper
Considerado como uno de los mejores jugadores de la historia del País de Gales junto
a Ian Rush y Ryan Giggs, Mark Hughes ya sabe lo que es participar en un Gamper. Lo
hizo en el de 1986, que el Barça ganó en la final ante el PSV Eindhoven per 1-0. El
‘chispa’ ayudó a clasificarse para la final a su equipo marcando uno de los tres goles
en la semifinal ante el Milan (3-1), junto a Víctor y Pedraza.
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Pese a que no se retiró como jugador hasta el 2002, Hughes inició su carrera en los banquillos en 1999, cuando fue elegido como seleccionador del País de Gales. Compaginó el cargo de seleccionador con el de jugador hasta que colgó las botas y continuó dirigiendo la selcción galesa hasta el 2004.
Posteriormente entrenó al Blackburn Rovers (2004/08) y la temporada pasada aceptó hacerse cargo del banquillo del Manchester City, con el que firmó un contrato de tres años. Pese a disponer de una buena plantilla y de los petrodólares de sus propietarios para hacer grandes fichajes, Hughes no logró clasificar al equipo para una competición europea y fue muy criticado durante toda la temporada.