
13.09.2009 12:15
Roger Bogunyà
Otro 13 de septiembre Sergio Busquets se hizo mayor. Josep Guardiola le hacía debutar en la segunda jornada de Liga, en el Camp Nou, contra el Racing de Santander. Desde entonces, no ha parado de crecer.
Hace sólo un año, el 13 de septiembre de 2008, Sergio Busquets hizo realidad uno de
sus sueños: debutó en Primera con el FC Barcelona. Su presencia en el primer equipo no fue flor de
un día y el jugador de Badia del Vallès repitió a la semana siguiente, en Gijón, donde el equipo
alcanzó el primer triunfo de la temporada (1-6).
En todos estos partidos Busquets también ha tenido tiempo de fabricar
goles realmente bonitos, como el que hizo en Basilea o en el Camp Nou, contra el Shakhtar. Más
decisivo fue su último, el que abrió el marcador en casa contra el Athletic Club, cuando la Liga
encaraba la recta final.
Pero no son los goles lo que más destaca de Sergio Busquets, sino su
trabajo oscuro en el centro del campo. Cuando tiene el balón, juega fácil, a un toque, sin perder
el estilo Barça. Pero cuando no lo tiene aparece el auténtico Busquets, aquél que lucha todos los
balones divididos, que saca provecho de su físico, que si es preciso se enfrenta con rivales más
experimentados que él. No se esconde nunca.