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09.10.2009 11:48

Personajes de la Masía: Pep Boada (I)

Aleix Santacana

Pep Boada tiene el honor de ser uno de los primeros residentes de La Masía. Su fotografía, junto con las de Fradera, Pedraza, Vinyals o Albarran, siempre formará parte de aquella primera orla, la de la temporada 1979-80.

Boada vivía interno en un colegio hasta que un día recibió la noticia por parte del FC Barcelona. A partir del mes de octubre se incorporaría a una nueva residencia. Aún lo recuerda: "¡Fue una gran novedad! Yo ya llevaba 5 años en el club y, antiguamente, todos los que éramos de fuera vivíamos internos en un colegio. El tema de La Masía era un avance muy importante a nivel de fútbol base. A pesar de sólo estar un año, es una experiencia que recuerdo muy agradablemente".

"Los conejillos de indias"

Pep Boada siempre formará parte de la primera generación de futbolistas azulgrana que vivió en La Masía. El mismo Boada reconoce: "Es evidente que fuimos un poco los conejillos de indias. Entonces todo era muy casero. Yo venía de estar interno junto con 90 o 100 personas, muy pocas de las cuales eran deportistas. Y aquí, en cambio, sólo éramos 15 personas, todas del mundo del fútbol, en un ambiente totalmente futbolístico ".

"Un pequeño hotel de lujo"

¿Pero como era La Masía en aquel momento? Pep Boada lo explica: "Todos vivíamos en el piso de arriba. Allí es donde estaban las habitaciones. Si no recuerdo mal el espacio estaba distribuido en cuatro zonas con los aseos en el medio. Estábamos agrupados de cuatro en cuatro. En el piso de abajo estaba la zona común de comedores, cocina, sala para estudiar, etc. ¡Estábamos muy bien! Aquello para nosotros era como un pequeño hotel de lujo".

Un año inolvidable

Boada sólo vivió un año en La Masía pero aquella experiencia y los compañeros que conoció lo han marcado para siempre: "Me quedo con la gran convivencia que hubo entre nosotros. Todavía mantengo el contacto y la amistad con los jugadores que vivimos aquí en ese momento. Y el ambiente futbolístico que se respiraba aquí nos marcó a todos".

Ellos fueron los primeros inquilinos de una residencia que forma parte de la historia del FC Barcelona. Un par de meses más tarde llegaría a La Masía, con 12 años recién cumplidos, uno de los grandes símbolos de la cantera azulgrana: Guillermo Amor.


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