03.11.2009 12:16
Invictos en Rusia en Champions
Jordi Clos
El partido de Kazán será el cuarto del Barça en territorio ruso en la máxima competición continental. Los rivales anteriores habían sido el CSKA de Moscú, el Spartak y el Lokomotiv y nunca ha salido derrotado.
Desde la disolución de la URSS, en 1991, el FC Barcelona ha viajado en tres ocasiones a Rusia para
disputar un partido de Liga de Campeones y siempre ha obtenido un resultado positivo. Hasta ahora,
los rivales habían sido de Moscú (CSKA, Spartak y Lokomotiv) y el balance había sido de dos empates
y una victoria. El miércoles se enfrentará por primera vez al Rubin Kazan a domicilio.
1992/93: CSKA de Moscú, 1 - FCB, 1
Superado con más problemas de los previstos el Viking Stavanger noruego, el último escollo
para acceder a la fase de grupos de la Liga de Campeones era el CSKA de Moscú. El Barça defendía el
trono obtenido en Wembley y consiguió un valioso 1-1 en la ida de los octavos de final gracias a
una diana de Begiristain. De todos modos, el partido más recordado de aquella eliminatoria fue la
vuelta en el Camp Nou, donde el CSKA dejó fuera de Europa al campeón vigente con un sorprendente
2-3.
1993/94: Spartak de Moscú, 2 - FCB, 2
Un año más tarde, el conjunto azulgrana volvía a la capital rusa
para verse las caras con el Spartak en la tercera jornada de la liguilla de la Champions. Sumó un
punto agridulce, ya que el rival igualó los goles de Stoichkov y Romário en los últimos trece
minutos. Sin embargo, el Barça terminaría primero de grupo por delante del Mónaco.
2002/03: Lokomotiv de Moscú, 1 - FCB, 3
Los de Louis van Gaal tenían dos caras: se mostraban irregulares en la Liga e intratables en
Europa. Así, el Barça seguía su racha triunfal en la Champions (se alargó hasta un total de 11
partidos) con la primera victoria en Rusia. La víctima fue el Lokomotiv de Moscú, por 1-3. Kluivert
y Saviola, por partida doble, sentenciaron el encuentro.
La primera visita, en la UEFA
Aparte de los tres partidos de Liga de Campeones, el Barça ha jugado un partido en Moscú
correspondiente a la Copa de la UEFA. Fue en la vuelta de los dieciseisavos de final de la
temporada 1987/88, contra el Dinamo. Ese día comenzó la imbatibilidad culé, con un 0-0 que
certificaba el pase a la siguiente ronda.