07.11.2009 11:46
Jordi Clos
Contra todo pronóstico, los baleares llegan al Camp Nou quintos y como revelación. Eso sí, 15 de los 17 puntos que acumulan los han sumado como locales.
Ya es un hecho habitual que el álbum de cromos del Mallorca no se parezca nada de un año a otro. En los últimos tiempos, los baleares cambian muchos jugadores cada temporada. Se han convertido en el paradigma de club vendedor, principalmente por culpa de la fuga de los más destacados. Y sin embargo, el rendimiento del equipo nunca se resiente.
Sin ir muy lejos, en verano perdió a Moyà, David Navarro, Jurado o Arango, o lo que es lo mismo,
la columna vertebral. Unas bajas que hacían prever una temporada de sufrimiento. Pues bien, sin
hacer ninguna inversión importante, el Mallorca ha completado el tercer mejor inicio de su historia
y se ha acomodado en la parte alta de la tabla. Llega al Camp Nou quinto y ya se considera la
revelación del inicio de curso.
La clave, en el banquillo
E
n contra de lo que suele suceder, la incertidumbre institucional (la situación
económica es comprometida) no se está reflejando en el terreno de juego. El responsable de la
estabilidad deportiva se encuentra en el banquillo. Gregorio Manzano es un experto en psicología,
un estudioso del fútbol y ha dotado al equipo de unos automatismos que van mucho más allá de las
individualidades. Lo más importante es el colectivo.
Cambio de roles
El técnico andaluz confía en la vieja guardia. Son futbolistas experimentados con una amplia
trayectoria en Primera. Es caso del portero Aouate, del central Nunes, del organizador Martí y del
delantero Aduriz, máximo realizador con cinco dianas. Entre ellos están adquiriendo más
protagonismo hombres que anteriormente estaban en un segundo plano. Así, Mario Suárez o Castro han
tenido que asumir más responsabilidad. Además, se espera que la prometedora hornada de jóvenes de
la cantera vaya asomándose poco a poco.
Salidas complicadas
Hasta ahora, el Mallorca se ha hecho fuerte en casa. 15 de los 17 puntos que tiene los ha
sumado en el ONO Estadi, donde ha ganado los cinco partidos que ha disputado. Además, como local
presenta una diferencia de goles solo equiparable a la de los dos grandes: trece a favor y uno en
contra. A domicilio, en cambio, no está siendo tan efectivo. En cuatro jornadas en campo contrario
sólo ha podido obtener dos empates y encaja de media dos dianas por partido. Ahora bien, hay que
tener en cuenta que los desplazamientos-Villarreal (1-1), Sevilla (2-0), Sporting (4-1) y Atlético
de Madrid (1-1) - no eran precisamente sencillos.