20.12.2009 11:54
Roger Bogunyà (enviado especial)
La victoria en Abu Dhabi emuló dos de las noches más mágicas del Barça este 2009: la de Stamford Bridge en Londres y la del Louis II en Mónaco.
Como en estas dos ciudades, el FC Barcelona se impuso al Estudiantes
este sábado 'in extremis'. Primero, con el gol de Pedro en el minuto 88, recordando al de Iniesta
en el tiempo de descuento contra el Chelsea, que también sirvió para hacer el 1-1. Más adelante,
con el gol de Messi en el minuto 110 de partido, una copia de las sensaciones vividas en Mónaco el
28 de agosto, cuando Pedro selló el triunfo azulgrana en la Supercopa de Europa también en la
segunda parte de la prórroga.
Cambios acertados
Josep Guardiola
acostumbra a acertar con sus cambios. En Mónaco, curiosamente, Pedro entró desde el banquillo
y dio el gol de la victoria. Como este sábado, cuando ocupó el lugar del lesionado Keita, que
volvió a marcar.
Pero en la
final del Mundial de Clubs
sus aciertos fueron más allá de todo esto: la entrada al campo de Jeffren dio un nuevo aire al
equipo, mucho más vertical y rápido por la banda izquierda. Desde el 5-0 de la Cultural
Leonesa que Jeffren no jugaba con el primer equipo. Quien no arriesga, no gana.
Ibrahimovic y Messi, atrasados
El cambio de Pedro por
Keita
supuso todo un baile de posiciones. Sobre todo para Messi e Ibrahimovic, que retrasaron su
situación en el campo para entrar mucho más en juego. Pedro llevaba el peligro por la banda derecha
y Henry, y después Jeffren, llevaban de cabeza a Clemente por el otro lado.
El recital de combinaciones entre Xavi, Ibra y Messi en tres cuartos de campo mareó a los
argentinos, que, finalmente, no sabían quién hacía qué en el Barça. El mérito es de todo el
conjunto: de Guardiola por saber mover correctamente las piezas y de los jugadores por llevar a
cabo las indicaciones del técnico.