En poco menos de tres temporadas, Dani Alves se ha convertido en uno de los jugadores más queridos por la afición. Su entrega, calidad y potencia le han hecho un fijo en el equipo de Josep Guardiola. La banda derecha lleva su nombre.
Camiseta que lucía Alves después de ganar la final de Copa el 2009. Fotos: Archivo FCB
Dani Alves es el lateral derecho del mundo que más influye en el juego de su equipo. Con eso está
todo dicho. Ningún jugador en su posición participa tanto en las jugadas, ataca tanto, pisa tanto
el área rival. A menudo, cuando se le ve sobre el césped, uno lo confunde con un interior o con un
extremo derecho. Pero no: es lateral. Su físico privilegiado le permite recorrer la banda sin
descanso durante todo un partido.
Integración rápida
Su llegada al Club -procedente del Sevilla, donde ya era considerado un héroe- coincide con
el nombramiento de Josep Guardiola como técnico del primer equipo. Con el de Santpedor en el
banquillo, el brasileño demuestra rápidamente una gran capacidad de integración en el estilo Barça
y una enorme compenetración con Leo Messi, su compañero en la banda derecha durante el primer año y
medio en el Barça.
El mejor socio
Tanta, que Alves se convierte en uno de los mejores socios ofensivos
de Leo Messi, pero también de Xavi, en el año en el que se alcanza el triplete. Un recuerdo
negativo de aquella temporada: Alves se pierde la final de la Champions ante el United por sanción.
De todos modos, Alves es uno de los hombres más utilizados por Guardiola en su primer año. Juega 54
partidos.
141 partidos y 11 goles
Ahora ya lleva 141 disputados con el primer equipo y ya es, de manera
incuestionable, el dueño de la banda derecha siempre que juega el Barça. Ahora más que nunca, sobre
todo desde que Messi juega más centrado. Las continuas llegadas de Alves al área contraria le han
permitido, también, hacer goles muy a menudo. En total, lleva 11 en menos de tres años, la mayoría
con disparos lejanos y con incorporaciones inesperadas desde la segunda línea. Un lateral total.
Un carácter feliz
Más allá de su aportación sobre el césped, donde se ha mostrado como un profesional ejemplar,
Dani Alves siempre ha gustado a la afición por el positivismo que transmite. Cosas de ser brasileño
y de haber vivido en Sevilla. Ríe con sus compañeros, baila cuando hace goles. Alves es un hombre
feliz.