Julio Salinas, el delantero centro del FC Barcelona en Wembley, recuerda que no se esperaba jugar la final de 1992. "Iba muy pocas veces convocado", explica, al tiempo que destaca la importancia del partido en Kaiserslautern.
El
programa
'Héroes de Wembley' de Barça TV, que se estrena este miércoles a las 23 horas,
reúne a tres de los jugadores titulares en la final de 1992,
Eusebio, Stoichkov y Julio Salinas, que repasan cómo vivieron el antes, el durante
y el después del partido contra la
Sampdoria.
El caso del delantero vasco es seguramente el más sorprendente de los tres. Salinas no era ni
mucho menos un fijo en aquel equipo de Cruyff: jugó 17 partidos de Liga y antes de
Wembley sólo había disputado seis partidos en la
Copa de Europa, y sólo dos de ellos como titular (contra el Hansa Rostock y el
Sparta de Praga, que se perdieron).
Cruyff, a Salinas: "No salgas mucho por la noche"
La sorpresa,
pues, llegó el viernes previo a la final, cuando
Johan Cruyff le comunicó que jugaría la final: "Yo recuerdo que nunca jugaba, que
iba muy pocas veces convocado. El míster me llamó el viernes y me dijo que quería hablar conmigo. Y
me dijo: "Quiero decirte que vas a jugar la final". Yo respondí: "¿Cómo dices?" Y me dijo:
"Te lo digo para que sepas que este fin de semana no irás convocado. Más que nada, que te
cuides y no salgas mucho por la noche". Yo pensé que había perdido el juicio".
Julio Salinas jugó los primeros 65 minutos de aquella final.
"A Pagliuca no lo quiero ni ver"
Fue una final con muchas ocasiones claras de gol, una de las cuales de Julio Salinas, que
casi abre el marcador tras una jugada individual. Pagliuca sacó una mano increíble. "Yo a Pagliuca
no lo quiero ni ver. Hablé por teléfono con él el otro día y le decía medio en broma: "Tú me
arruinaste la carrera". Y él me respondió: "Yo te hice muchas paradas, ¡pero la Copa la ganaste
tú!". Ahora, 19 años después,
Salinas afirma que "si no hubiera sido por
Pagliuca mi bota estaría en el Museo".
Kaiserslautern, punto de inflexión
Salinas recuerda
que fue capital la eliminatoria ganada al límite del tiempo contra el
Kaiserslautern. "Esa victoria es la que dio al equipo la fuerza que le faltaba en
ese momento. Todo eran críticas. En el Barça, la selección... No era como ahora, que todo el mundo
rema en la misma dirección. Creo que el equipo, con el gol [de
Bakero] en Kaiserslautern cierra filas y dice ‘Vamos a todas’".
"Aquel equipo estaba hecho para durar mucho más tiempo"
El desenlace es bien conocido por todos. Koeman decanta la final con un gol de falta en la
prórroga y el equipo acaba ganando cuatro Ligas consecutivas, y se planta en una nueva final
europea dos años más tarde. Allí encaja un 0-4 doloroso por parte del
AC Milan. "En ese momento, cuando ganas la Liga y vas a la final de
Atenas, sólo piensas: "Una más, una más". Ahora lo miras y piensas que quizá
deberíamos haber presionado un poco más. Aquel equipo estaba hecho para durar mucho más tiempo y
sacarle mucho más provecho de lo que hicimos", reconoce Salinas.