El Barça dispondrá esta vez de una semana entera para preparar exclusivamente la final de la Liga de Campeones. Un tiempo que en la edición de la final de Roma no se tuvo, y que tanto los jugadores como Pep Guardiola consideran que es importantísimo.
Alves y Abidal, en el entrenamiento que el Barça hizo el miércoles en la Ciudad Deportiva del Arsenal. Fotos: Miguel Ruiz (FCB)
Si en 2009, en la
final de la Liga de Campeones en Roma, el
FC Barcelona sólo tuvo cuatro días para preparar el partido contra el
Manchester United, ahora los de
Pep Guardiola dispondrán de más días para centrarse únicamente en la
final de Wembley. Un factor que el técnico del Barça considera importante, como
reconoció días después de haber ganado
la Liga en Levante: "Habrá que coger el tono y llegar lo mejor posible a
Londres. Estoy convencido de que la gente llegará bien".
El recuerdo de Atenas
Guardiola sabe que la preparación para una final de
Liga de Campeones es vital y lo compara con
Atenas, donde el
Barça de Cruyff jugó la final cuatro días después de ganar la Liga:
"Prefiero llegar así que como lo hicimos en Atenas. Con una semana de margen de descanso
hubiéramos competido mucho mejor la final, aunque aquel Milan quizá nos habría ganado igualmente.
Por eso dimos tanta importancia a cerrar la Liga en el campo del Levante".
Una semana de preparación
El sábado 28 de mayo hará una semana que el Barça cerró la
Liga y desde entonces sus jugadores sólo piensan en la
final de Wembley.
Alves afirma que han tenido "una semana más de descanso" y han podido "preparar
mejor el partido". Con todo, el brasileño sabe que eso no significa que el partido contra el
Manchester United se traduzca en victoria segura de los culés: "Esto no quiere decir que ellos no
lo hagan. Llegarán con la espinita clavada de Roma".
No hay que perder el ritmo
Pero
Pep Guardiola ya hace días que prepara la
final de Londres, y así lo dijo dos jornadas antes de acabar la
Liga:
"Nuestra obsesión es preparar bien la final". Y así lo hizo cuando en el último
partido contra el
Málaga decidió que ocho jugadores del primer equipo no viajaran y se quedaran en
Barcelona entrenando. Aunque hará muchos días que no juegan, Alves apunta que
"teniendo una final de Champions el ritmo se coge rápido, la grandeza del partido te hace
llegar bien al partido".
Pedro, en este sentido, cree que el equipo
"llega en un buen momento de forma". En cambio
Javier Mascherano, que jugará su segunda final de Champions League tras perder la
de 2007, es de la opinión que
"en las finales no importa quién llegue mejor, es ese día".