28.08.2010 19:18
Un año con destellos de magia
Jordi Clos
Zlatan Ibrahimovic cierra su etapa en el Barça después de poco más de una temporada. A pesar de una aclimatación difícil a un estilo único y las lesiones, el delantero sueco ha dejado muestras de su calidad.
El 27 de julio de 2009, el Barça fichaba a Zlatan Ibrahimovic del Inter en una operación en la que
los italianos se hicieron con los servicios de Samuel Eto'o. Llegaba avalado por el éxito que había
tenido en las cinco temporadas en el Calcio. Sus equipos, la Juventus inicialmente y segundo el
Inter, siempre quedaron primeros. Gracias a su clase y olfato goleador, Zlatan se había convertido
en uno de los mejores delanteros del mundo.
Llega lesionado
Nada más aterrizar en Barcelona, Ibrahimovic se sometería a una
intervención quirúrgica en la mano izquierda que le mantendría inactivo hasta el Gamper. Su primer
gol oficial sería en el debut en la Liga, contra el Sporting. De hecho, su comienzo de campeonato
sería brillante, ya que marcaría en las cinco jornadas iniciales. Parecía que asimilaba
perfectamente el cambio radical de estilo entre el Inter y Barça. Pequeños problemas físicos
limitarían su rendimiento. En el clásico del Camp Nou se apuntaría el gol de la victoria a pesar de
entrar desde el banquillo.
Ampliar palmarés
Con la Supercopa de España y la de Europa en el bolsillo, Ibrahimovic
ampliaría su impecable palmarés con el Mundial de Clubes de diciembre. El sueco seguiría sumando
goles importantes, como el 1-1 en Stuttgart, el 0-1 en el campo del Mallorca y, sobre todo, los dos
del empate contra el Arsenal en el Emirates, en la que posiblemente fue su mejor actuación como
azulgrana.
21 goles en el primer año
Otra pequeña lesión truncó nuevamente su buena racha goleadora. También le costó
asimilar la variante táctica azulgrana, que a partir de abril combinó el 4-3-3 con el 4-2-3-1. En
el tramo final, Ibra perdería protagonismo. Bojan, Pedro y Messi acabaron siendo la punta atacante
habitual del campeón de Liga. Con todo, Zlatan finalizó la primera temporada en el Camp Nou con 21
goles y habiendo demostrado ser un gran asistente.
Su último gol como culé lo firmó en la ida de la Supercopa en el Sánchez Pizjuán (3-1). Un
tanto que sería clave para remontar la eliminatoria.