22.11.2010 12:14
50 años del mítico gol de Evaristo
Manel Tomàs
Este martes se cumplirán 50 años del famoso gol de Evaristo de Macedo al Madrid. Fue el 23 de noviembre de 1960 cuando un impresionante remate de cabeza en plancha del brasileño supuso la primera eliminación de los blancos en la Copa de Europa.
Cuando el sorteo de los octavos de final de la Copa de Europa 1960/61 emparejó al Barça de Kubala
con el Real Madrid de Di Stéfano, todo el mundo estuvo de acuerdo en que aquella eliminatoria sería
histórica. Y ciertamente, las expectativas no se vieron defraudadas.
Un partido de ida polémico
El 9 de noviembre de 1960 se disputó en el Santiago Bernabéu el partido de ida. La
expectación era indescriptible, porque había un gran interés por saber si el Barça estaba en
disposición de arrebatarle al equipo blanco (que había ganado las cinco primeras ediciones de la
Copa de Europa) el cetro continental. El resultado final fue de empate a dos goles. Marcaron Mateos
y Gento por los locales y Suárez por partida doble (uno de penalti) por los visitantes. El
protagonista del partido fue el árbitro inglés Ellis, que anuló un gol válido en Villaverde (minuto
18 de la segunda parte, con 2-1 en el marcador) y señaló un penalti favorable al Barça después de
un fuera de juego de Evaristo. Era el minuto 42 de la segunda parte y la transformación por parte
de Suárez de la pena máxima supuso el 2-2 definitivo. El colegiado había repartido los errores,
pero como suele pasar en estos casos, nadie quedó contento.
Evaristo elimina al Real Madrid
El partido de vuelta se disputó el miércoles 23 de noviembre, con el
Camp Nou lleno a rebosar. Aquel día la polémica presidió nuevamente la actuación del árbitro, en
este caso el también inglés Leafe, que anuló tres goles al Real Madrid, lo que desató las iras
blancas. Los goles, sin embargo, fueron invalidados con toda justicia, ya que en uno de ellos se
produjo una falta previa de Canario, en otro hubo fuera de juego de Del Sol y en el tercero otro
off-side de Di Stéfano. El partido acabó con el resultado de 2-1 y se convirtió en un hito
histórico porque implicó la primera eliminación del Real Madrid de la Copa de Europa.
El equipo local se adelantó en el marcador en el minuto 33 al rematar Vergés un córner
lanzado por Kubala. El balón entró tras rebotar en Pachín. Pero cuando la gente se volvió loca de
verdad fue en el minuto 36 de la segunda parte, con el majestuoso gol de Evaristo, un prodigio de
belleza y plasticidad que ha pasado a la posteridad gracias a varias fotografías que, con mínimas
diferencias encuadre y tiempo, reflejan el instante del remate del delantero brasileño del Barça.
Con el 2-0 el Real Madrid estaba prácticamente eliminado, aunque el gol de Canario a cuatro minutos
del final puso emoción hasta el último segundo.
Un gol inmortal ... con suerte
Recordemos la película del gol de Evaristo: Kubala sacó un córner para
Olivella, que envió un centro-chut que Santamaría no supo rechazar. El balón llegó a Evaristo, que
espetó un espectacular remate de cabeza en plancha que le sacó el balón casi de las manos al
portero madridista Vicente, con el defensa Casado como testigo impotente bajo los palos. Fue un gol
extraordinario e irrepetible, como el mismo Evaristo indicó años después: "Es un gol que no pude
volver a hacer nunca más. La manera como me vino la pelota, como bajó y el remate de cabeza son muy
difíciles de repetir." Y es que, sin negar la belleza del gol, hay que decir que todo vino de un
medio error de Olivella , según confesó el defensa barcelonista: "Kubala iba a lanzar un corner y
yo subí al ataque, lo que solía hacer en muy pocas ocasiones. El Madrid no lo esperaba y cuando
llamé a Laszi para que pasara la pelota nadie salió a marcarme. Me llegó el cuero y chuté, yo no
quería hacer ningún centro. Ni a Evaristo ni a nadie. Lancé a puerta pero me salió un centro que
Evaristo cazó ante la salida de Vicente. El centro fue mío, pero casi fue sin querer."
Final con deportividad
Cuando el árbitro pitó el final del partido se produjo una
circunstancia bastante destacable y que puede servir de ejemplo en los tiempos actuales: todos los
jugadores de ambos equipos se saludaron de forma bastante cordial y deportiva, a la manera de un
grupo de amigos que han jugado un partido amistoso. Las imágenes de Di Stéfano abrazando Suárez y
Ramallets y de Segarra consolando Gento demostraron a todos que la pasión de aquel encuentro no
había sobrepasado los 90 minutos de juego y que la deportividad había sido la norma básica.
Desgraciadamente, la participación azulgrana en aquella Copa de Europa no tuvo el final feliz
que se merecía, ya que el Barça cayó en la final ante el Benfica por 3-2 y de manera totalmente
inmerecida, en la infausta final de Berna, la de los palos cuadrados que rechazaron cuatro remates
barcelonistas.