27.07.2011 16:43
Con los del B, también se reconoce
Jesús Carrillo
El Barça no pierde su identidad futbolística ni su sello propio en el juego, aunque actúen un buen puñado de jugadores del Barça B. Contra el Inter de Porto Alegre, el público de Munich vio a un Barça también reconocible.
Foto: Miguel Ruiz
"Los jugadores hacen el estilo, sin buenos jugadores no podríamos hacerlo mejor". Esta idea que
repite a menudo Guardiola tiene un matiz, los jugadores que suben de la cantera tienen tan
interiorizada la filosofía Barça que su presencia sustituyendo jugadores consagrados no hace
disminuir el estilo de juego del equipo. De hecho, Guardiola se mostró orgulloso, después del
empate (2-2) ante el Inter, de la forma de jugar de un equipo formado por jugadores del primer
equipo y del filial.
Equipo experimental, estilo intacto
Guardiola ha alineado en los dos partidos de la pretemporada casi cuatro equipos
diferentes. Cada media parte ha variado el once y la posición de los jugadores con experimentos que
han funcionado bien, como, por ejemplo, situar de lateral derecho jugadores como Riverola o Rosell,
acostumbrados a actuar en otras demarcaciones.
Las mezclas de jugadores del primer equipo con futbolistas de la casa no ha hecho que el
equipo pierda su identidad futbolística. Más allá del acierto, el juego de toque y combinación tan
característico del Barça no se ha desvanecido en ningún periodo de los primeros amistosos ante el
Hajduk e Inter.
Iniesta se ha entendido bien con Riverola y Cuenca; Rosell ha tenido química con Abidal,
Balliu no ha desentonado con Fontàs ... En todos los casos, el entendimiento individual ha sido
posible gracias a que todos hablan el mismo idioma futbolístico.
El sello Barça no es patrimonio exclusivo de los jugadores del primer equipo. Los jóvenes de
la cantera trabajan con este ideario desde pequeños y cuando tienen la ocasión de jugar con los
'cracks' no sufren, porque actúan con los mismos mecanismos que cuando jugaban con el Juvenil A o
el Barça B.
Naturalidad y polivalencia
Uno de los ejemplos que ayuda a entender esta integración natural de los jugadores del 'B' es
el cambio constante de posiciones.
Todos ellos rinden a un alto nivel aunque jueguen lejos de su lugar natural, ya que conocen a
la perfección que desean los técnicos para cada demarcación.
Riverola ha actuado en estos dos partidos de interior y lateral; Rosell lo ha hecho de
central y lateral, Cuenca, en ambos lados, y, sin embargo, ninguno de ellos ha sufrido en un
engranaje que mantiene su esencia juegue quien juegue.