20.06.2010 19:54
Jordi Clos
El Barça Atlètic es nuevo equipo de Segunda División tras lograr empatar en el campo del Sant Andreu y, de esta manera, hacer bueno el 1-0 de la ida. Los de Luis Enrique han llevado a cabo un trabajo defensivo impecable durante los noventa minutos.
Once temporadas después, el segundo equipo del Barça volverá a estar en la categoría de plata
estatal. El colofón a una temporada excelente lo ha colocado este domingo en el campo del Sant
Andreu, donde el empate a cero le ha asegurado el ansiado ascenso. Ha sido una enorme exhibición de
madurez del filial. El conjunto azulgrana ha gestionado con inteligencia el 1-0 de la ida y, más
sobrio que nunca, ha salido indemne de la olla a presión que era el campo del Sant Andreu. De
hecho, el campeón del grupo tercero de la Segunda B no ha chutado ni una sola vez a portería en
todo el partido.
Ambiente de gala
Era un duelo de alta tensión, pero los jóvenes futbolistas de Luis Enrique no han parecido
acusar la presión inicial. El asturiano ha sorprendido con dos cambios en la alineación: el portero
Miño y el delantero Elvis, que marcó dos goles en el Narcís Sala en el partido de Liga. De entrada,
el vértigo lo escenificaba el Sant Andreu. Tres imprecisiones defensivas locales han propiciado las
tres primeras aproximaciones del filial azulgrana. Los de Natxo González se han encomendado a la
afición para romper una dinámica que no les convenía. La afición cuatribarrada tenía suficiente con
poco para alentar con fervor a sus hombres.
La igualdad es la tónica dominante
La intensidad y el equilibrio eran máximos, las ocasiones, escasas. Un gol en contra
penalizaba demasiado. A pesar de los avisos del principio, el único lanzamiento entre los tres
palos durante todo el primer tiempo ha sido una falta directa de Rueda que el portero Morales ha
parado sin dificultades (min 37). El Barça Atlètic se había salido con la suya. Había hecho que las
ansias de remontada del Sant Andreu se convirtieran en más coraje que fútbol.
Un muro infranqueable
El reloj corría a favor de unos visitantes que no hacían ninguna concesión detrás. Aunque en
la segunda parte el dominio y la iniciativa han sido claramente del Sant Andreu, su juego era poco
fluido. No encontraba espacios en ataque. El Barça Atlètic le contenía bien, con un trabajo inmenso
sin balón. Sólo le ha inquietado un posible penalti de Gómez sobre Miguelez que ha encendido los
ánimos locales. El filial, con mucho oficio, había retrasado líneas, pero, curiosamente, las dos
oportunidades más claras del partido las ha tenido Edu Oriol en dos contragolpes en las
postrimerías.
Los últimos minutos se han hecho tan largos como este interminable play-off de ascenso de
tres eliminatorias. Al final, éxito con mayúsculas. El filial vuelve a Segunda A.
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