
17.11.2009 18:38
Jaume Marcet
Los seis jugadores del FC Barcelona que han participado en el Mundial sub-17 han vuelto de Nigeria con la medalla de bronce colgada del cuello y sensibilizados con la difícil situación económica y social de muchos países del continente africano.
Quedar terceros en un Mundial, aunque sea sub-17, es "un gran resultado aunque nos
hubiera gustado ganar", apunta Adrià Carmona. Marc Muniesa añade: "Hemos hecho un gran fútbol y,
básicamente, hemos practicado el estilo del Barça". Todos coinciden en señalar, como asegra
Espinosa que "la unión del grupo es clave para ser fuertes". Para Sergi Roberto, "esta es una
experiencia inolvidable, jugar un Mundial es lo mejor que le puede pasar a un futbolista".
Durante más de un mes han vivido alejados de casa. Primero estuvieron
concentrados dos semanas en Las Rozas y luego, veinte días en una de las zonas más pobres de
Nigeria. Del hotel al campo y del campo al hotel, la rutina de casi cada día ha sido la misma. Todo
ello en medio de una realidad social dura. La pobreza y las condiciones de vida que han visto de
cerca han impactado todos los jugadores. Sergi Gómez entiende que "esto nos hace valorar más lo que
tenemos, somos unos privilegiados". Muniesa reconoce que "la situación en esa zona era dura,
veíamos muchos niños en situaciones muy complicadas". Sergi Roberto lo define como una "experiencia
humana brutal que nos ha hecho madurar".
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