
02.12.2009 11:15
Jaume Marcet
Tres niños israelitas, dos árabes y un judío, se han entrenado estos últimos días con el Benjamín A del Barça en un clima de convivencia y aprendizaje inolvidable.
Después de aterrizar el pasado domingo en Barcelona acompañados de sus padres,
Shajar, Hila y Hischam han vivido una semana de ensueño, entrenando en la Ciudad Deportiva con los
que, en el futuro, podrían ser los cracks del Barça. Los tres han demostrado, además, que el fútbol
une incluso lo que parece separado para siempre. El deporte es clave para romper las barreras
religiosas en la sociedad israelí y el fútbol del Barça es una parte importante. Como muchas
ciudades catalanas, miles de ciudadanos se reúnen en bares y casas para ver jugar a Messi,
Ibrahimovic, Iniesta ... La diferencia respecto de nuestro país es que, en Naha, como en otras
poblaciones de Israel, los locales se respira una mezcla ideológica muy particular. Árabes y judíos
animan juntos los jugadores de Pep Guardiola y olvidan por unas horas sus diferencias.
Y los
que menos presente tienen esta lucha eterna entre árabes y judíos son los niños. Shajar, Hila y
Hischam se abrazan y se ayudan durante el entrenamiento, conscientes de que la pasión por el fútbol
es su vínculo. La integración en el que ha sido su equipo durante unos días ha sido muy buena. El
entrenador del Benjamín A, Xavi Ferrando, considera que la diferencia de idioma es lo más
complicado a la hora de entenderse, pero asegura: "El fútbol se juega igual en todas partes" y, por
tanto, la adaptación de los recién llegados ha sido buena. Los jugadores han vivido la experiencia
con muchas ganas y, sobre todo, han demostrado que el fútbol y el Barça actúan como nexo de unión
entre dos partes históricamente muy distantes".
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