No podía tener otro final. El Barça Alusport ha ganado la Liga en un partido donde la épica, la historia, la locura y la emoción han tenido protagonismo desde el primer instante. En un Palau más mágico que nunca, con récord de asistencia (6.872 espectadores), el primer equipo de fútbol sala se ha impuesto en el quinto, y definitivo, partido al Caja Segovia, escribiendo el mejor final al mejor guión inimaginable. Además, Europa espera al Barça la próxima temporada.

Saad enloquece al Palau

Si el Caja Segovia sorprendió, y mucho, al Barça en el cuarto partido marcando a los 20 segundos de empezar, los azulgranas han devuelto la moneda. Menos de un minuto ha tardado Saad Assis en abrir el marcador con un gol de falta ajustadísima que Cidao sólo ha podido ver pasar.

El gol ha sido un aviso de las intenciones de los locales. El Barça Alusport, llevado en volandas por su afición, ha bailado a placer al rival. Por posesión, ocasiones y también por una portería estelar -Cristian crecía por momentos-, los castellanos han tenido que conformarse con un par de disparos (uno de Cidao, el portero segoviano, que se ha cruzado medio campo con el balón en los pies) pero que no han generado más peligro en la portería azulgrana.

A punto de enfilar el túnel de vestuarios, Carlos Muñoz no se lo ha pensado dos veces para rematar ante Cidao solo y colocar el 2-0. Pero los castellanos tampoco se han dormido y treinta segundos después Esquerdinha se ha inventado una vaselina que ha cogido demasiado avanzado a Cristian. Con el 2-1 se llegaba al descanso, un resultado demasiado corto para toda la exhibición ofrecida por el Barça.

Fuerzas equilibradas

La segunda parte ha comenzado con los dos equipos más duros en sus acciones, con y sin balón. Esquerdinha ha encarado a Javi Rodríguez y los árbitros han acabado sancionando con amarilla a Chico, que intentaba tranquilizar los ánimos.

Cuando la tensión más aumentaba, ha llegado el mejor bálsamo para liberarla: el gol. Fernandao ha clavado el tercero azulgrana al aprovechar una gran pared con Lin y engañar a la defensa del Caja Segovia. Lo ha celebrado con Ari con un baile supuestamente hecho para la ocasión.

Por poco Tobe atraganta el momento, ya que ha tenido en su pie el segundo gol visitante pero no ha llegado a disparar el balón por milímetros. Carmona, en la banda, ha exigido más concentración a sus hombres para afrontar los últimos 10 minutos de partido.

Y el equipo ha entendido lo que quería el entrenador. Un pequeño esfuerzo más para crear acciones como la que Lin y Wilde han probado buscando la mejor combinación para volver a marcar, aunque todavía no ha llegado el cuarto.

Cinco últimos minutos con ataque de cinco

Lo que sí ha caído ha sido el 3-2, poniendo en silencio a todo el Palau, que se había dejado llevar por una alegría inevitable. Jesús Velasco ha ordenado el ataque con cinco jugadores y Cidao ha tomado la batuta y ha colado el segundo gol visitante, demostrando que el título aún no era de nadie.

Si los decibelios dieran goles, el Barça Alusport debería haber obtenido un carro en los últimos minutos del partido. Pero ha sido Tobe el que ha tenido, de nuevo, un gol cantado que no ha sabido finalizar. 43 segundos para la conclusión y la desazón en forma de griterío no ha cesado. Cristian ha puesto la mano por enésima vez. 38 segundos y la cuenta atrás continuaba.

A nueve segundos y seis décimas los azulgranas han jugado la penúltima posesión por una falta del Caja Segovia. Dos segundos y siete décimas y el público ya ha entonado el campeones, campeones. Incontrolable la emoción y eterno el momento. ¡Campeones, ahora sí!