22.03.2007 12:42
Los hermanos Ugalde, cara a cara
El partido entre el FC Barcelona Cifec y el BM Valladolid dio una oportunidad esperada porque dos hermanos se enfrentasen por primera vez sobre la cancha. Se trata del azulgrana Cristian Ugalde y su hermano mayor Antonio.
Las estirpes de hermanos en el balonmano prosperan. A los Urdiales, Entrerríos o Ruesga se han
añadido los Ugalde. Antonio Ugalde, ahora en las filas del BM Valladolid, hace 12 años que juega en
la Liga Asobal, pero su hermano Cristian, que viste la camiseta del Barça Cifec, sólo comienza en
la máxima categoría del balonmano. Se llevan 11 años, así que mientras uno se encuentra en la
plenitud de su carrera, el otro sólo se acaba de estrenar.
Antonio se ha formado en la escuela del Granollers mientras Cristian es canterano azulgrana.
El del Valladolid tiene una carrera consolidada y una medalla olímpica. El del Barça tiene un
prometedor futuro de antemano y evoluciona con el referente de su propio hermano en el horizonte.
Cristian explica que “desde pequeño he mamado con él el balonmano. Desde que tenía tres años
él ya jugaba en el Granollers y yo iba a verlo.” El extremo azulgrana tiene un reto a seguir:
“Antonio ha jugado unos Juegos Olímpicos y un Mundial con la selección absoluta, por ello
estoy jugando a balonmano, para seguir sus pasos y, si puede ser, superarlo.”
El momento esperado
La 21a jornada de la Liga Asobal los enfrentó sobre la cancha por primera vez en un duelo
fratricida. El hermano mayor entró antes en juego y el pequeño lo hizo en los minutos finales. El
público reclamó su apellido buscando que se produjese este momento esperado. Juegan los dos de
extremo izquierdo pero en bandas opuestas de la pista, pero aun así se encontraron cara a cara. El
abrazo al final sellaba el momento más especial para la familia Ugalde.
Después de pasar por los vestuarios el hermano pequeño esperaba al grande. Antonio está muy
orgulloso de Cristian: “Si continúa así creo que puede tener un gran futuro pero tiene que
luchar de día en día porque si no, al final esto se te va y cuando te das cuenta tienes 30 o 35
años y ya estás pensando en dejarlo”, advierte el jugador del Valladolid. El hermano mayor
observa la evolución del pequeño desde la distancia: “Es difícil llegar al primer equipo. Por
lo que he podido hablar con sus entrenadores desde la base, ya de pequeño apuntaba maneras. Ahora
ya está en el primer equipo y en los partidos que ha jugado no ha decepcionado. Que continúe
así.”
Son jugadores discretos, de pocos gestos, pero por dentro circulan los sentimientos. Esperan
volverse a enfrentar en el futuro, señal que sus carreras continúan por buen camino.