25.02.2008 17:03
Un viaje paso a paso
Verònica Díez
La sección de balonmano del Barça está atravesando una de las etapas de la temporada en la que los desplazamientos son continuos. Normalmente todos siguen el mismo procedimiento. El último viaje realizado fue a Szeged y todo fue perfecto.
Los jugadores de Manolo Cadenas están más que acostumbrados a viajar de un lado para otro.
Aeropuertos, aviones, autocares y hoteles, forman parte de la vida de un jugador profesional. Los
azulgranas acaban de llegar de su viaje a Szegued, donde han estado dos días, para disputar uno de
los partidos de competición europea de la segunda fase de la Liga de Campeones. Lo mejor de todo el
viaje fue que el FC Barcelona regresó a casa con los dos puntos.
Dirección Hungría
A las 7:15 horas, todo el equipo salió de la explanada del Camp Nou
rumbo al aeropuerto del Prat. Después de factura el equipaje, los azulgranas desayunaron todos
juntos, para más tarde subirse al avión. Una vez en el aire, cada uno pasó el tiempo libre de
diferentes maneras: analizando el rival en el ordenador portátil, leyendo, hablando con sus
compañeros o jugando a la consola.
A las 12:00 horas, la expedición barcelonista pisó tierras húngaras y fueron recibidos por la
prensa local. El autocar fue su siguiente medio de transporte, hasta llegar a Szeged. Después de
hacer una parada para comer y tras dos horas de viaje más, el FC Barcelona llegó al hotel, donde se
concentraron hasta el día del partido. Cada uno recogió la tarjeta de su habitación y se fueron a
dormir la siesta hasta la hora del entrenamiento. Demetrio Lozano ha explicado como se reparten
normalmente las habitaciones en los desplazamientos del equipo, y como es el ambiente que se vive
en el hotel de concentración: “En las habitaciones lo más importantes es estar cómodo y
descansar de cara al partido. El compañero suele ser el mismo siempre y entre todos nos ayudamos a
pasar estos momentos. Pasamos muchos días en hoteles, y es importante estar tranquilo y cómodo para
poder estar al 100% en el partido”.
Toma de contacto con la pista húngara
El Barça acostumbra a entrenarse el día antes en la pista donde jugará
el partido, para tener una primera toma de contacto. En este caso, el equipo se desplazó hacia el
pabellón a las 18:15 horas. Prensa, amigos y aficionados esperaban allí a los barcelonistas. Laszlo
Nagy fue el protagonista, y es que el azulgrana se enfrentaba al equipo donde había dado sus
primeros pasos dentro del balonmano profesional, y estaba en su ciudad natal. Al finalizar el
entrenamiento, todos volvieron al hotel y se ducharon antes de ir a cenar.
Cena y masajes
A las 21:00 horas los jugadores cenaron. Cada noche antes de un partido,
el fisioterapeuta del equipo, Sebastià Salas, da masajes a los jugadores que lo necesiten, para
estar a punto para el enfrentamiento. En Szeged no iba a ser menos, y Albert Rocas recibió el suyo.
Después de esto, el día se acaba para la plantilla azulgrana, que se va a la cama a descansar.
Llega el gran día
El día del partido en Szegued comenzó a las 9:00 horas. Primero todo el
mundo desayunó, para más tarde reunirse y dar el último repaso al juego del rival. A las 12:30
horas se sirvió la comida, ya que el equipo tenía que estar a las 15:00 horas en el pabellón, para
jugar a las 16:15 horas. Los horarios de comidas y el tipo de alimentación a seguir por los
jugadores están en manos del médico de la sección, Josep Antoni Gutiérrez. “Se tiene que
comer cuatro horas antes del partido. Eso es un problema, porque el jugador no está acostumbrado a
comer a las doce del mediodía. Intentamos hacer una comida fácil de digerir y que tenga los
elementos necesarios para el desgaste del partido, que son hidratos de carbono básicamente”,
ha comentado el médico.
Una vez en la pista, los de Manolo Cadenas calientan antes de comenzar el choque, disputan el
partido, y vuelven a Barcelona. Así es como el FC Barcelona de balonmano prepara cada uno de sus
desplazamientos.