29.04.2008 17:21
El gran rival de la temporada
Meritxell Infante
El Ciudad Real se ha convertido en el gran rival que el Barça de balonmano tiene que batir esta temporada. El segundo entrenador, Toni Gerona, nos analiza las claves del partido definitivo que enfrenta a ambos equipos en la lucha por el título de Lig
Esta es la tercera final que catalanes y manchegos disputan esta temporada. La primera
fue la Supercopa, primer título de la temporada que se llevó el Ciudad Real por sólo dos goles
(32-30). El segundo enfrentamiento por un título se produjo hace una semana en la Copa del Rey, y
los manchegos repitieron victoria, pero otra vez en un partido igualadísimo que se decidió con un
gol in extremis (31-30). “Eso demuestra la idea de la igualdad que hay,” señala Toni
Gerona. Esta vez, sin embargo, la cancha no será neutral: “Somos conscientes de que el hecho
de jugar en su campo es un punto a su favor, pero también intentaremos que la presión que
tendrán por jugar en casa nos pueda servir a nosotros”, advierte el segundo entrenador
azulgrana.
Portería y contrataque
Después de tantos enfrentamientos, ambos equipos se conocen a la perfección y es muy difícil
que se puedan sorprender el uno al otro. La igualdad lo está haciendo aún más difícil, pero Gerona
tiene claros los puntos fuertes de su rival. “Si el guardameta para y son capaces de correr
al contrataque tal y como vimos en el partido ante el Portland es un equipo muy complicado”,
nos avanza el técnico azulgrana.
Enmendar los errores
Pero los de Cadenas no se dedicarán a cruzar los dedos y esperar que falle el
rival, necesitan corregir los errores que han cometido en los partidos disputados contra el Ciudad
Real. “Nos ha faltado movilidad de pelota y algo más de rigor táctico a la hora de jugar
contra su 5-1. No hemos sido capaces de mantener una línea de continuidad con el juego y
también tal vez nos ha faltado parar alguno de sus hombres clave, como Uríos”, explica
Gerona.
Con la lección bien aprendida, el Barça de balonmano saldrá a la pista del Quijote Arena
muy concentrado en su objetivo y sin miedo a la presión ambiental. “Nuestros jugadores están
acostumbrados a jugar en campos más grandes e incluso con muchísima más gente que la
que hay el Quijote Arena”, asegura, confiado, el técnico azulgrana, que espera que la
presión se convierta en una motivación extra de cara a ganar el partido y que no influya en el
arbitraje.