13.08.2007 16:57
Gustau Galvache/Meritxell Infante
Eric Gull llega al Barça tra viajar por medio mundo jugando a balonmano, cumpliendo un sueño que le parecía imposible. Es uno de los mejores lanzadores del mundo y ya se ha integrado en el equipo de Cadenas.
Tiene uno de los currículums más multicolores del mundo del balonmano. Eric Gull empezó a
jugar en su tierra, en Argentina, pero ha recorrido muchas ligas antes de
llegar a la Asobal. Sus experiencias en Brasil, Túnez o Rusia lo han forjado como jugador.
“Tuve que hacer una escalera deportiva. Fue despacio. Empecé en Argentina y en
la selección, después me dieron las oportunidades de ir mejorando e ir buscando algo más, mejorar
el nivel”, explica Gull. “Trabajé muchísimo, fui a lugares a los que otros jugadores
que están aquí en Europa no irían, pero para llegar dónde estoy ahora tuve que hacer todo
un trayecto y estoy agradecido de haber llegado, y de los clubes por dónde he pasado”, añade.
Fichar por el Barça
Tras viajar por el mundo, se cumplió uno de sus sueños: jugar en
la Liga Asobal. Aterrizó en el Valladolid la temporada 2004/05, donde ha estado los últimos tres
años. Si aquello ya fue un paso adelante para él, fichar por el Barça no entraba dentro de sus
cálculos. “Lo veía siempre como una utopía, lo veía desde pequeño como algo imposible. No sé
todavía como llegué, tampoco quiero pararme a preguntármelo”, asegura todavía. “Yo lo
que quiero es jugar y disfrutar de este momento que es poder llegar a lo más deseado de un
deportista. Ahora queda jugar y ganar títulos. Es lo que me falta en mi carrera”,
sentencia Gull.
Adaptación rápida
Eric Gull no ha tenido demasiados problemas para adaptarse al equipo. Su gracia y su don de
palabra -los tópicos argentinos- le hacen ser el centro de atención rápidamente en el grupo.
El recibimiento que ha encontrado entre los compañeros ha sido buena: “La verdad es que
pensaba que los jugadores eran diferentes, es un grupo muy tranquilo y muy sano. Todos son muy
abiertos y buenos compañeros."
A
pesar de ser un lanzador nato, su conexión con el equipo es vital en la primera línea. A la hora de
definirse como jugador no tiene pelos a la lengua: “Mi juego es defensivamente muy pobre,
pero en ataque tengo muy buen lanzamiento exterior, buena conexión con el pivote y una toma de
decisiones bastante buena. No soy un jugador demasiado rápido ni muy fuerte, pero quizás con algo
de distancia y buen brazo tomo bien la decisión de lanzamiento.” La seguridad que le da su
experiencia por el mundo se hace notar en su discurso. Pero aún así, para Eric Gull empieza una
etapa totalmente nueva, con muchas ganas de ganar títulos con el Barça.