26.08.2008 12:01
Meritxell Infante
El aeropuerto del Prat sirvió de escenario para celebrar la bienvenida con la medalla de bronce de los internacionales azulgrana. Barrufet hizo el último viaje de vuelta después de un partido con la selección con la alegría de los momentos vividos.
La llegada a Barcelona era muy esperada para los azulgranas olímpicos de balonmano. El
primero en hacerlo fue David Barrufet, que llegaba con ganas de reencontrarse con la familia sin
dejar de revivir estos últimos días en Pekín, los últimos partidos que ha vivido como
internacional.
El capitán azulgrana era uno de los más esperados y más aplaudidos a la puerta de llegada del
puente aéreo. “Antes del partido estábamos muy concentrados para ganarlo, pero una vez que
habíamos ganado, salieron muchas emociones”, recuerda ‘Barru' del
partido decisivo
. “Me abrazaron los compañeros y de golpe y porrazo me veía arriba y abajo, con el balón
cogido para que nadie me lo quitase”.
Lozano y Tomás, también en Barcelona
Dos horas más tarde, en el siguiente vuelo, llegaban dos azulgranas más,
Víctor Tomás
, con problemas con el equipaje, y Demetrio Lozano. Al lateral madrileño le esperaba una
bienvenida muy cálida, con su mujer y sus hijas, que le habían dibujado un cartel para
recibirlo. Los azulgranas sólo esperan poder compartir la alegría por el bronce con familia y
amigos, hasta que se tengan que reincorporar a la disciplina azulgrana la próxima semana.