26.04.2011 22:05
Llorenç Tarrés
El Barça Borges ha perdut la imbatibilitat a l’Asobal en caure al Quijote Arena, un fortí on el Ciudad Real no perd des de fa més de sis anys. Els blaugranes, que han salvat el ‘goal average’, han lluitat fins on les forces li han permès.
El Quijote Arena se ha convertido en un auténtico fortín donde el Renovalia Ciudad Real ha
sumado una nueva victoria, un escenario que, a pesar de no estar ni mucho menos lleno (3.490
espectadores), ha presionado de lo lindo ante la visita del Barça Borges, siempre recibido con las
garras. El equipo de Pascual, precisamente el último que le venció, buscaba el punto que
sentenciara la Liga en territorio rival y, porqué no, un nuevo triunfo en su inmaculado camino
hacia el título.
Pero no ha podido ser. Los manchegos, más enteros, han roto la racha del equipo azulgrana,
que deberá esperar para celebrar un título que sigue teniendo muy cerca. La derrota por tres goles
iguala el 'goal average' particular, por lo que probablemente tampoco se podrá ganar la Liga la
próxima semana. En todo caso, la ventaja azulgrana al frente de la clasificación sigue siendo más
que importante.
A ritmo de gol por minuto
El partido ha vivido un inicio marcado por los ataques rápidos acierto en ambas
porterías. Defensas y porteros han sido simples espectadores: cinco ataques sin error que han dado
la primera ventaja a los locales (3-2). No se puede tomar como excusa, y en ningún caso lo hace el
equipo, pero los azulgranas han acusado el esfuerzo de 48 horas atrás contra el THW Kiel,
principalmente a la hora de coger ritmo de partido.
La poderosa primera línea del Ciudad Real, con un destacado papel para Lazarov y Alberto
Entrerríos, dolía el 6-0 de un Barça Borges que ha reaccionado pronto. El partido seguía a ritmo
superior al gol por minuto, pero las primeras intervenciones de Sjöstrand y un gol de Juanín han
dado la primera ventaja visitante (6-7). Raúl Entrerríos no era menos que su hermano. El director
de juego azulgrana ha generado peligro sin parar y eso ha permitido aguantar los empujes de un
Ciudad Real que actuaba a trompicones.
El 12-9 ha sido un momento crítico pero después del obligado tiempo muerto de Xavi Pascual,
el equipo ha vuelto a reaccionar. Idéntica situación con el 15-12, con un Barça algo justo de
fuerzas pero que siempre se ha mantenido con vida. Al descanso, 17-15, con una acción final
bastante fea por parte de Lazarov sobre Juanín que ha calentado los ánimos de cara a la segunda
mitad.
Sterbik y el desacierto, demasiados obstáculos
Nagy ha tomado el mando del ataque al comienzo de la reanudación pero el conjunto
de Dujshebaev, con un Sterbik sensacional y Guardiola y Jurkiewicz como francotiradores
principales, ha comenzado una escapada que parecía definitiva. La defensa manchega se ha endurecido
al límite del reglamento, Abalo ha aparecido siempre que su equipo jugaba en inferioridad y una
serie de contraataques (hasta 8, han convertido los locales) han hecho crecer la diferencia hasta
los seis goles ( 26-20).
A partir de aquí, con 15 minutos por delante, la lucha se ha enfocado en defender el 'goal
average' (el Barça Borges ganó 27-24 en el Palau) si bien las fuerzas visitantes ya no estaban para
demasiadas alegrías. Siempre a cuatro o cinco goles por detrás, entre Sterbik y el desacierto, algo
ha generado la otra, el Ciudad Real parecía que se llevaba esta batalla. Pero la constancia
azulgrana, dos paradas mágicas de Saric y un gol de penalty de Rutenka último segundo han permitido
dejar la diferencia final a tres goles.
Se ha perdido. En todo caso, las 26 victorias sumadas en las 26 jornadas anteriores hacen que
esta derrota, en plena eliminatoria europea y con el reto mayúsculo que espera Domingo, sea
fácilmente asumible.
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