Si bien una despedida siempre es un momento duro, Iker Romero ha recibido el mejor homenaje del Palau en su último partido en casa. "Ha sido increible, no tengo palabras para describirlo", ha dicho el jugador vitoriano, visiblemente emocionado.
La Copa de los campeones
Después del partido, la fiesta del Barça Borges ha seguido con la entrega del título de campeones
de Liga. Los jugadores azulgranas, encabezados por el capitán Laszlo Nagy y por el homenajeado Iker
Romero, y el cuerpo técnico han alzado al cielo del Palau el trofeo que les acredita como campeones
de la Asobal, han dado la vuelta de honor i han realizado los obligados discursos. Xavi
Pascual, que acabó manteado, ha dicho: "Ojalá el próximo fin de semana dos equipos
del Club puedan levantar la Copa d'Europa". Por megafonía también se ha informado de las
victorias del primer equipo de fútbol y del Regal Barça. La fiesta, más que nunca, ha sido
completa.
Desde el calentamiento ya se ha visto que sería un día de emociones a flor de piel. Iker ha
recibido el saludo y a la vez los agradecimientos de los aficionados que poco a poco entraban en el
Palau y justo antes de salir hacia vestuarios ha regalado su sudadera. Primeros aplausos, resoplo
del vitoriano y hacia vestuarios. Ni él mismo se esperaba lo que vendría unos minutos después.
Los dos equipos han salido a pista con una camiseta con el dorsal 18 y el nombre de Romero,
pero además los jugadores del Barça Borges han lucido un espectacular vendaje en la cabeza,
rememorando ese momento mágico, ese penalti, esa rosca, aquel título europeo que agrandó su
leyenda. Una imagen que permanecerá para siempre en la historia de la sección y también del Club.
El pasillo majestuoso para Iker, acompañado de la música de Rocky entrenando antes de un gran
combate, ha puesto el punto épico a la entrada a pista del gran protagonista.
Las primeras lágrimas
Un vídeo musical ha repasado en dos minutos ocho años de trayectoria
vistiendo de azulgrana, ocho años de sonrisas y lágrimas, como las que ha derramado el jugador
azulgrana sin poder contenerlas. Iker se marcha al Fusche de Berlín esta temporada pero
Barcelona y el Barça seguirán siendo su segunda casa. El jugador ha recibido también un obsequio
por parte del presidente Sandro Rosell y de Eduard Coll, directivo responsable del balonmano
azulgrana.
Sus palabras al final del partido reflejaban su emoción: "Cuando ha empezado todo pensaba que
no podría ni siquiera jugar. Me temblaban las piernas, me temblaba el corazón. Ha sido muy
emocionante, es increíble", ha comenzado diciendo el aún jugador azulgrana, que sólo tiene palabras
de elogio hacia el Club: "Es una lástima que tenga que marcharme, pero al menos es la mejor
despedida que podía imaginar. Todo lo que pueda decir es poco para explicar qué siento por este
Club y por esta gente". Iker Romero no olvida que aún tiene un reto por cumplir: "Marcharme con la
Liga es increíble pero ojalá podamos volver la próxima semana con la Champions. La alegría sería
máxima".
Cuando ha sonado por megafonía su nombre, la afición le ha dedicado la
enésima ovación. Nunca será la última. Después ha comenzado el partido e Iker, a pesar de los
nervios iniciales, ha querido corresponder a la estima que siempre le ha dado el Palau. El 18 del
Barça Borges, que ha ejercido de capitán, ha entrado a pista en el minuto 13 de partido. Su primer
lanzamiento, cinco minutos más tarde, ha salido fuera por poco, pero el vitoriano ha acabado
completando una buena actuación. El primero de los cuatro goles que ha marcado ha sido de penalti,
gentileza de Albert Rocas, que le ha cedido el lanzamiento.
En el segundo tiempo, más tranquilo, Iker lo ha estrenado con un gol de contragolpe que luego
ha comentado alegremente con Xavi Pascual en el banquillo. Después de su cuarta diana, un
latigazo a pie parado, el técnico lo ha sustituido ante la ovación de la que siempre será su gente.
Su beso al escudo del parquet del Palau han convertido el homenaje en un para siempre Iker. ¡Muchas
gracias Iker!