La final de la Champions de fútbol se ha seguido muy intensamente en Colonia, donde los jugadores del Barça Borges que han visto el partido han coincidido con muchísimos aficionados que tampoco se han querido perder lo que ha pasado en Wembley.
20.00 horas. Un hotel céntrico de Colonia comienza a reunir camisetas azulgranas. ¿Qué pasa? Será
el punto de encuentro de los aficionados que quieren seguir la gran final de Wembley, donde el
Barça busca la cuarta Champions de su historia. Como cualquier punto del mundo, todo el mundo está
pendiente del partido. Curiosamente, es el mismo hotel donde se alojan los familiares de los
jugadores del Barça Borges, y muchos jugadores del equipo de Xavi Pascual lo aprovechan para ver
juntos el partido.
Pantalla gigante
La Peña Barcelonista de Colonia ha organizado una pantalla gigante donde muchos
seguidores alemanes del FC Barcelona siguen un partido que pasará a la historia. Entre ellos, los
seguidores catalanes desplazados a la Final a 4 de balonmano y también el cuerpo técnico y muchos
jugadores culés. No faltan a la cita Víctor Tomás, Gonzalo Pérez de Vargas, Cristian Ugalde y
Albert Rocas, los más culés del vestuario. Igropulo, Juanín y Sarmiento los acompañan. También
están David Barrufet y Xavi O'Callaghan. Sjöstrand, tras unos primeros minutos ante la pantalla,
opta por dar una vuelta. No es un gran aficionado al fútbol, pero tiene claro que quiere la
victoria azulgrana.
De la desazón inicial se pasa al clásico "esto está hecho" con el gol de Pedro.
Cuando Rooney empata, Víctor Tomás empieza a morder la caña de su vaso y Xavi Pascual pone cara que
no lo ve del todo claro. Al descanso, Barça y Manchester empatan a uno. Pero la segunda mitad es
tremendamente del equipo azulgrana, y así se nota en el ambiente. Con los goles de Messi, el más
aplaudido, y Villa llega la euforia, los cánticos, la locura, la fiesta.
Rocas, eufórico, abraza a los seguidores con quien ha compartido la velada, Ugalde se hace
fotografías. Empieza a acusarse el cansancio de una jornada intensa. Mientras tanto, el cuerpo
técnico brinda con un poco de cava mientras los aficionados cantan que mañana ha de caer otra, la
de balonmano. Unos metros más allá, Juanín sigue persiguiendo a su hijo Elam, al que no se le
acaban las energías. Como los muchos aficionados culés. Seguro que hoy la noche será larga en
Colonia.