Posiblemente era quien más clavada tenía la espina de la final de la temporada pasada. Daniel Saric se había autoinculpado de aquella derrota ante el THW Kiel y ayer se pudo sacar toda la rabia acumulada sobre el Lanxess Arena.
Fotos: Germán Parga - FCB i EHF.
El portero bosnio fue decisivo como nunca en la victoria del Barça Borges. Estuvo majestuoso con 22
paradas, muchas de ellas de mérito a contraataques y lanzamientos de 7 metros. Rozó el 50 por
ciento de acierto y al final del partido reconocía que había sido "el mejor partido" de su vida, un
partido que redondeó con un gol increíble de campo en campo ante la locura colectiva.
Saric acabó ovacionado por el Lanxess Arena, un escenario neutral que acabó decantándose a
favor del Barça gracias a la actuación de su portero. A sus propios compañeros les costaba
encontrar adjetivos para definir el partido del bosnio. "No tengo palabras para describir el
partido que ha hecho. Nos ha ayudado muchísimo", dijo Víctor Tomás. Ugalde fue más allá: "Ha sido
impresionante. Ha demostrado que es el mejor del mundo. Ni Omeier ni Sterbik. Saric es el mejor,
siempre responde en los grandes momentos y hoy lo ha vuelto a hacer".
La despedida de un amigo
Sin
embargo, el más inspirado y a la vez emocionado a la hora de hablar de su portero fue Iker Romero,
que lo comparó con Messi: "Messi es de otro nivel, de otra galaxia. Y Saric ha sido de otro nivel,
increíble, ha demostrado ser un gran portero, de los mejores del mundo sino el mejor. Y como
persona es una auténtica maravilla. Le echaré de menos".
El técnico, Xavi Pascual, no podía ser menos: "Saric se merece más que nadie esta Champions
porque nunca había ganado un título de renombre. Esto le dará un plus de reconocimiento. El año
pasado se sintió responsable de la derrota y por eso estoy muy contento de los dos partidos que ha
hecho en esta Final a 4".
Saric levanta un título que le dará un plus de reconocimiento mundial, lo único que le
faltaba. El Palau ya hace tiempo que lo adora, por todo lo que detiene pero sobre todo por todo lo
que aporta. Y de la espina del año pasado ya no queda ni rastro.