03.05.2007 23:08
Carles Cascante
Como suele decir el tópico, y así debe ser, el Palau decidirá. El Barça Sorli Discau ha conocido por primera vez en éste ‘play-off' el sabor de la derrota. El Liceo ha roto la estadística y ha forzado un tercer partido el domingo en Barcelona.
El Barça de Quim Paüls no ha podido sentenciar por la vía rápida su pase en la final de la Ok Liga. Los jugadores barcelonistas siempre han ido por detrás en el marcador de un partido que el Liceo lo ha jugado a vida o muerte. Los hombres de Xosé Querido sabían que no tenían otra opción que jugar al ataque y la apuesta les ha salido bien. El Liceo, por lo tanto, ha hecho valer el factor pista y ha forzado el tercero y definitivo partido de esta serie de semifinales que se jugará el próximo domingo a las 12:30 horas.
Un Liceo agresivo
El equipo local ha entrado fuerte a la pista de Riazor. Mentalizados, los hombres de Querido
se han vaciado y han jugado un hockey intenso y agresivo. Pese a todo, han jugado un partido más
lento que al que jugaron en el Palau y eso ha descolocado un poco a los jugadores barcelonistas.
Sin hacer un gran partido, el Barça Sorli Discau no ha merecido la derrota en ningún momento.
Lo más justo, según palabras del propio Paüls “hubiese sido llegar a la prórroga”. Pero
el Liceo, pese a el 2-1 de Ordeig en el umbral del final del primer tiempo, siempre ha sabido
mantener el ritmo que más le convenía y ha continuado mostrándose duro ante la permisividad
arbitral.
El empate no afecta a los locales
Después de llevar dos goles de ventaja, los gallegos han visto como los azulgranas conseguían
el empate a dos con un cuarto de hora aún por delante. Pero sólo sacar de centro, Lamas ha
conseguido voltear el resultado que reflejaba el electrónico de Riazor y ha hecho estallar la
locura entre los espectadores locales.
En el tramo final del encuentro, el FC Barcelona Sorli Discau ha estirado sus líneas buscando
el empate que les hubiera dado el paso a una prórroga que comenzaba a oler a azulgrana, pero la
precipitación, añadida a la ansiedad de los delanteros azulgrana a la hora de encarar a Jaume
Llaverola, y, sobre todo, los postes, han evitado éste deseado empate. Al final, 3-2 en Riazor y el
Barça que se lo jugará todo en el Palau Blaugrana el próximo domingo a partir de las 12:30 horas.